Los socios del Pacte del Botànic se marchan de vacaciones de Navidad con una renovación del acuerdo que apuntala al Consell que persigue dos objetivos: intentar sostener la alianza hasta el final de la legislatura y tratar de frenar las tensiones internas agitadas por Podemos para ganar visibilidad frente al PSPV y Compromís, las dos fuerzas que comparten el gobierno. Por sorpresa, el titular de la Generalitat y líder socialista, Ximo Puig, junto a la vicepresidenta y número uno de Compromís, Mónica Oltra, rubricaron en una sala de las Cortes una nueva versión de la entente que nació hace dos años y medio con Podemos como pata parlamentaria pero que en los últimos meses, sobre todo a partir de la negociación del presupuesto y de asuntos como la tasa turística, se había deteriorado con votaciones, incluso, en las que los morados llegaron a coincidir con el PP.

Los tres socios del Botànic eligieron, en todo caso, una jornada simbólica: la aprobación definitiva en las Cortes Valencianas de los presupuestos de la Generalitat para 2018 -los últimos que podrá gestionar por completo este Consell durante la actual legislatura- en los que, después de la presión de Podemos, se restableció, al menos por ahora, la unidad de los socios del Botànic. La renovación del pacto incluye, a propuesta de Podemos, un programa de seguimiento, fiscalización y «vigilancia» de la ejecución del presupuesto para dotarlo de mayor transparencia, así como para blindar las grandes partidas sociales. «Demostramos que el Acord del Botànic está a prueba de bombas y, en este caso, lo blindamos frente a posibles bombas externas», explicó Mónica Oltra.

Las tres formaciones incluídas en el Pacte del Botànic se comprometen en el documento que recoge las peticiones del líder podemita durante el debate de presupuestos que terminó hoy a «favorecer una mayor legibilidad y accesibilidad de la ciudadanía a las cuentas públicas y a su control» con una mejor visualización y desagregación de las cuentas en el portal de Transparencia de la Generalitat; a una «rendición de cuentas públicas» a través de la comparecencia a petición propia del conseller de Hacienda, Vicent Soler, con periodicidad trimestral, remisión a las Cortes del estado de ejecución de las cuentas y, por último, se compromete a «la ejecución de las políticas sociales».

Tras la rúbrica y en atención a los medios de comunicación, Ximo Puig agradeció a Podemos su «actitud positiva» y «de intentar poner por delante el interés general al partidista». Para Oltra, es una firma «hija del pacto del Botànic» y destacó que este acuerdo supone «más implicación» de Podemos en la ejecución presupuestaria con el objetivo de «desarrollar y ampliar» el acuerdo. Por su parte, el líder de Podemos, Antonio Estañ, valoró que hayan sido capaces de «sacar adelante» este acuerdo con «rapidez» y aseguró que «estamos contentos de que este acuerdo haya salido adelante y de que tengamos ahora nuevas formas de acercar tanto a la ciudadanía como a los partidos el conocimiento del estado del presupuestos y que sean todavía más sociales y transparentes».

Durante su intervención en el debate de presupuestos, la portavoz del PP, Isabel Bonig, criticó con dureza a los socios del Botànic y aseguró que las cuentas del Consell mantienen «privilegios franquistas» al dar subvenciones directas a la patronal y sindicatos más representativos al tiempo que suben los impuestos para «abrir tele Oltra y enchufar a todos sus amigos». «Será el año -en referencia a 2018- del hundimiento de su renacimiento, y del nacimiento de nuestra libertad; están en funciones y el cambio político empieza ya», aseveró la presidenta del PP, Isabel Bonig.