A una semana vista de la celebración del congreso provincial del PSPV como primer acto del liderazgo del alcalde de Xàbia, José Chulvi, la cita ya se ha convertido, al final, en un plebiscito sobre la grave y eterna crisis de la agrupación de la ciudad de Alicante, controlada por Ángel Franco con el primer edil Gabriel Echávarri como secretario general. Una crisis aderezada ahora con el conflicto en el Ayuntamiento de Alicante, después de que los seis regidores socialistas se hayan quedado solos en el gobierno municipal después de la marcha de Compromís y de Guanyar. La capital alicantina no sólo se ha convertido en el principal foco de conflicto interno sino que, a la vez, genera un deterioro que afecta al conjunto de la organización de cara a la cita electoral de 2019.

Por eso, la enmienda que propone trocear la agrupación de Alicante en cuatro o cinco distritos al estilo del modelo que ya funciona en València para diluir al máximo el poder y la influencia que ejerce Franco sobre el «aparato» alicantino ya se ha convertido en el asunto «estrella» del congreso. Todas las miradas están puestas en ese debate en tanto que, en el fondo, simboliza la magnitud de la crisis de la formación en la capital, cocinada a fuego lento durante años y años de control absoluto de Franco. La nueva cúpula socialista encabezada por José Chulvi avala sin ningún tipo de duda esa propuesta de dividir el partido en colectivos de distrito. Una enmienda que en la agrupación de Alicante, por ejemplo, salió adelante sin que nadie del grupo afín al exsenador detectara su contenido, signo inequívoco de su desinterés por el debate de las ponencias de este congreso. «Puede ser una buena solución para Alicante», subraya Chulvi -apoyado para su elección como secretario general por una parte de los seguidores de Ximo Puig y por el «sanchismo»- cuando se le pregunta por la espinosa crisis de la capital al tiempo que se muestra convencido de la obligación de buscar un camino para salir del atolladero.

Con la nueva dirección a favor de ese movimiento y con un amplio consenso para que la propuesta salga adelante, a Franco no le ha quedado otra que poner toda la carne en el asador para intentar frenar ese debate a sabiendas de que si el asunto llega a una votación, tiene casi todas las papeletas para salir perdiendo. Argumentará a favor de la división en varias agrupaciones el militante alicantino Rafael García Meseguer, elegido delegado por la cuota de la corriente Izquierda Socialista. Ángel Franco ha confiado el turno en contra al diputado Herick Campos, un clásico del «lermismo» conectado con la vieja guardia del partido. La tesis que defenderá el parlamentario de La Vila Joiosa es que la enmienda vulnera los estatutos federales y que, por tanto, ni siquiera debe someterse a votación al no ajustarse a la normativa interna de la organización. Un asidero para que, en el caso de que finalmente la propuesta se apruebe y salga adelante, la dirección local de Alicante, controlada por Franco, intente evitar el cumplimiento de la resolución del congreso. Una situación, empiezan a apuntar ya algunas voces, que podría desembocar en el relevo de la actual ejecutiva encabezada por Echávarri para nombrar otra gestora que conduzca el partido hasta las elecciones de 2019. Así que el socialismo provincial llegará a ese congreso dentro de una semana con un grave problema en su principal agrupación y, casi seguro, saldrá del mismo sin resolverlo.