Los organizadores de la manifestación del sábado creen que el objetivo central de la convocatoria se ha cumplido. Que la protesta ha ganado la calle y que la ciudadanía valenciana ya es consciente del maltrato financiero crónico y exige una reparación, que pasa ineludiblemente por una reforma inmediata del modelo de financiación autonómico.

«Si tenemos que ir a Madrid a manifestarnos, iremos; si no nos hacen caso habrá que incrementar el nivel de la protesta», anuncia el secretario general de UGT, Ismael Sáez, que cree que si el Gobierno no toma nota de lo ocurrido el sábado es porque no ha entendido que el Estado tiene un problema. «La financiación encierra un problema político y si no se soluciona, aumentarán los nacionalismos y caerá el bipartidismo», vaticina el líder sindical.

El líder de Comisiones Obreras, Arturo León, añade que el Gobierno tiene «la obligación» de tomar nota porque los políticos «se deben a los ciudadanos». León destaca la imagen de unidad del sábado y está convencido de que muchos votantes del PP se sumaron a la manifestación, pese a la ausencia del partido que lidera Isabel Bonig. A su juicio, la manifestación sirve para que los representantes del Consell que acudan a Madrid a negociar se sientan más respaldados por el «éxito» de la convocatoria del sábado.

El presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, que asegura que el empresariado tenía «la obligación moral de participar», puso el acento el día después en la «sensatez de los valencianos», que salieron a la calle sin que se produjera el más mínimo incidente, en una manifestación sin banderas y en la que lo importante era el lema: «El poble valencià exigeix finançament just».

Prioridad para la financiación

Navarro apunta que el Consell tiene ahora un respaldo social para negociar en Madrid que antes no tenía y está convencido de que también el Gobierno ha tomado nota de lo ocurrido el sábado en València: «Debe haber prioridad para la reforma del modelo de financiación, técnicamente está todo preparado después de las reuniones de los expertos; ahora lo que queda es la decisión política y los partidos valencianos también tienen que estar a la altura y dejarse de partidismos», sostiene el dirigente empresarial. Mientras Intersindical Valenciana también celebró ayer el «éxito de participación» y llamó a los valencianos a mantener la unidad y «aumentar la presión» y las movilizaciones en los próximos meses.

Fuentes del sindicato definen la marcha del 18N como un paso adelante y un punto de inflexión en la política valenciana por el grado de unidad, pluralidad y diversidad de la marcha del sábado.

El sindicato llama a intensificar la información sobre la necesidad de una financiación justa, una hacienda propia y unas inversiones adecuadas que garanticen un verdadero autogobierno valenciano.El presidente asegura que mantendrá la reivindicación y Compromís reclama al PP que rectifique tras su ausencia

Compromiso antes de fin de 2017

Mientras, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aseguró ayer, horas después de la multitudinaria manifestación que el sábado recorrió las calles de València (con 60.000 personas según los organizadores y 17.000 según la Delegación del Gobierno), que la Comunidad Valenciana continuará liderando la reivindicación y recordó que el compromiso que salió de la comisión de expertos fue que antes de final de año haya una propuesta en firme. «Estoy convencido de que la realidad se impondrá y de que va a haber un nuevo modelo de financiación que sea justo con los valencianos», señaló el presidente. Puig calificó de «histórica» la manifestación por una financiación justa y dijo que se ha demostrado que la Comunidad Valenciana tiene «una madurez enorme».

El síndic de Compromís en las Corts, Fran Ferri, también calificó de histórica la manifestación que cree debe hacer reflexionar al PP «que cometió un primer error cuando anunció que no acudiría y otro al poner en marcha una campaña para deslegitimar la movilización con mentiras», dijo.