Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aportar mucho para recibir poco

La Comunidad Valenciana es la única autonomía de toda España que suma de forma neta al sistema de financiación pero que a cambio percibe menos de lo que le correspondería: la Generalitat ingresa 258 euros menos por habitante que la media

Aportar mucho para recibir poco

En un movimiento casi inédito en los 35 años de autogobierno de los valencianos, la sociedad civil de la Comunidad -sindicatos, empresarios, entidades culturales y cívicas...- convoca una manifestación, apoyada por el Consell del Botànic -socialistas, Compromís y Podemos- junto a Ciudadanos pero que el PP se empeña en rechazar, con un objetivo común: exigir a Madrid un trato justo en el reparto de la financiación autonómica. Una distribución en la que la Generalitat sale claramente perjudicada. Y no sólo con el modelo que entró en vigor en 2004 aprobado por el gobierno del PP de José María Aznar o con el que diseñó en 2009 el gabinete socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, todavía vigente a pesar de que lleva ya caducado desde hace cuatro años.

El problema de la financiación se remonta a la década de los 80 cuando la Generalitat empezó a gestionar las competencias de Sanidad o Educación sin financiación para su desarrollo lo que obligó a recurrir al endeudamiento para sufragar infraestructuras esenciales que, sin embargo, otros territorios recibieron «gratis total» desde el Estado. El resultado final es que, en estos momentos, la Comunidad acumula una deuda, según los informes trimestrales del Banco de España, de unos 45.000 millones, la mitad de ellos producto de la infrafinanciación; y además es la única autonomía que aporta de forma neta al sistema de reparto pero que a cambio recibe menos de lo que correspondería: 258 euros menos por habitante que la media. Estamos ante la cuestión clave de la agenda política valenciana. Sin una financiación justa, el nivel de autogobierno actual de la Generalitat es inviable.

Cuatro años de retraso

Cuatro años de retrasoUn sistema caducado que deja a la Comunidad a la cola

Todos los indicadores sin excepción que analizan el repart0 de la financiación autonómica dejan a la Comunidad, en cualquiera de los supuestos, a la cola de las autonomías que menos reciben del actual sistema de financiación junto a Murcia. El actual modelo data de enero de 2009 y tendría que haberse renovado en 2014. El sistema aprobado por Zapatero no supuso una mejora sustancial para la Comunidad, que nunca ha llegado ni de lejos a la media. El actual Gobierno de Madrid, bajo mando de Rajoy, siempre puso la excusa de la crisis económica para aplazar la reforma. En enero, durante la conferencia de presidentes autonómicos celebrada en el Senado, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, pidió que se aprobara a lo largo de este año. Ahora, necesitados de golpes de efecto para frenar el desafío independentista catalán, el Ejecutivo de Rajoy parece haber apretado el acelerador. La próxima semana, en principio, se conocerá el informe de la comisión técnica con las propuestas para desbloquear ese nuevo sistema. Eso abrirá una negociación política que, en todo caso, parece difícil que pueda culminar antes de final de año. No sólo por el tiempo que resta -diciembre- sino también por las elecciones catalanas y la falta de apoyos de Rajoy para aprobar unos presupuestos que le permitan continuar adelante con el mandato. Alargar ese retraso afecta de lleno a la estabilidad financiera del Consell para el próximo año.

Sin retorno justo

Sin retorno justoSolidaridad máxima de ida pero no de vuelta

La Comunidad Valenciana es uno de los territorios que ejerce de locomotora de la economía española. Aporta casi el 11% de la riqueza y cuenta dos provincias -València y Alicante- entre las cinco primeras del ránquing del Estado. Los desequilibrios económicos, sin embargo, colocan el PIB valenciano doce puntos por debajo de la media de España. Es decir somos más pobres que el resto. Sin embargo, nos consideran como ricos: somos una autonomía aportadora neta al sistema y así pagamos a la caja común. Esta misma semana, en una intervención en las Cortes, el conseller de Hacienda, Vicent Soler, desveló que la Comunidad aporta más de 1.400 millones al fondo de suficiciencia global para «ayudar» al resto de autonomías, más incluso de la cantidad que el Consell reclama anualmente para poder cuadrar sus cuentas. Por contra, sin embargo, recibimos menos que nadie. Es el único caso de una autonomía con uno de los niveles de competencias más altos que tiene que elaborar sus presupuestos cada año en estas condiciones de precariedad financiera.

Diferencias

DiferenciasCasi 730 euros menos que un cantabro

Los datos de la financiación por habitante, de acuerdo a las tablas del Ministerio de Hacienda o de la Fundación Fedea -entidad de estudios autonómicos de gran prestigio-, colocan a la Comunidad también a la cola del reparto. Como en otras clasificaciones, los últimos junto a Murcia. Un valenciano recibe, conforme a ese criterio, 258 euros por debajo de la media de toda España. Pero esa brecha se agranda todavía más si miramos a la primera posición de la clasificación. La Comunidad Valenciana ingresa por cada habitante 728 euros menos que Cantabria, el territorio mejor financiado de acuerdo a su población. Una diferencia astronómica entre autonomías que deben gestionar servicios públicos básicos para los ciudadanos.

Presupuesto

PresupuestoUna reivindicación anual de al menos 1.325 millones

Hace ahora dos años y medio, cuando llegaron al Palau de la Generalitat los socios del Pacte del Botànic, la mejora del sistema de financiación y la reclamación de un trato justo se convirtió en uno de los puntos clave de la agenda política del Consell que comparten los socialistas y Compromís con Podemos como socio parlamentario. Hasta el punto de que la conselleria de Hacienda, pilotada por Vicent Soler, con Clara Ferrando como secretaria autonómica cuantificó en los presupuestos la exigencia anual que necesita la Generalitat para poder cubrir sus tres principales competencias -Sanidad, Educación y Bienestar Social- con niveles de gasto similares a los de otras autonomías. Eso se ha traducido, en las dos últimas cuentas anuales, en una «partida reivindicativa» de 1.325 millones que el Consell presupuesta como ingreso a cuenta de la reforma del sistema de financiación, un acuerdo que ni siquiera se ha producido. Es una reclamación prudente. De acuerdo con las balanzas fiscales, el desfase negativo que arrastraría la Comunidad sería de 2.400 millones. Pero, sin embargo, el Gobierno valenciano entiende que con 1.325 millones estarían cubiertas, más o menos, sus necesidades y se quedaría en el nivel medio de la financiación por habitante.

Deuda Histórica

Deuda HistóricaDependencia de los bancos y el «fraude» del Fondo del Liquidez

Pero el problema de la financiación es doble. Cuadrar un sistema que genere, en primer término, un reparto de fondos que deje a la Comunidad en la media. Y en segundo lugar buscar una solución a la «bola de nieve» de la deuda, algo que el experto de la Generalitat en la comisión técnica, el profesor Francisco Pérez, ya ha logrado que el Ministerio de Hacienda reconozca como una necesidad que se debe abordar en la negociación de reforma del sistema. Los cálculos más prudentes apuntan que casi la mitad de la deuda de la Generalitat, más de 20.000 millones de los 45.000 que tiene computados el Banco de España, se han generado como consecuencia de la falta de financiación.

La Comunidad Valenciana es la autonomía con una deuda más alta en relación a su PIB y la segunda en valores absolutos, únicamente superada por Cataluña. La situación es alarmante. Hasta el punto de que en los presupuestos para 2018, el servicio de la deuda ya se convertirá en la segunda conselleria con más asignación -sólo Sanidad cuenta con una dotación superior- con un gasto de casi 4.700 millones. Gran parte de ese «agujero» ha crecido en el último lustro como consecuencia de los préstamos del Fondo de Liquidez (FLA). A falta de una financiación adecuada, el Gobierno de Madrid inyectaba dinero a las comunidades con dificultades por la crisis a través de un fondo que, en realidad, son préstamos bancarios que se deben devolver. El Consell reclama que el Estado se haga cargo de esa parte de la deuda generada por la infrafinanciación. Una vía para compensar casi tres décadas de discriminación en el reparto.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats