Ximo Puig ha conseguido el objetivo que se había marcado: un candidato único que evitara otra batalla campal en el socialismo alicantino y que, a la vez, desplegara a partir de ahora un discurso próximo al Consell. Un mensaje que ofrezca vías de acercamientro entre València y Alicante y, desde luego, plena sintonía con la actual dirección del PSPV, a diferencia de lo que ocurría durante la etapa de David Cerdán. La solución, finalmente, es la elección para liderar el socialismo alicantino del portavoz en la Diputación alcalde de Xàbia, José Chulvi, con lo que Puig se decanta a favor de un grupo de alcaldes y cargos públicos de las diferentes comarcas que le secundaron en las últimas primarias para conservar su liderazgo al frente del PSPV. Un núcleo duro al que ya premió en el congreso de julio con la designación, entre otros puestos, de la diputada Toñi Serna para un lugar clave de la ejecutiva y al que ahora entrega todo el poder con el ascenso de Chulvi que, por vez primera, se decide a dar un paso adelante para asumir galones en la organización.

No se trata de un movimiento menor. Ni tampoco improvisado. Con la designación del alcalde de Xàbia al frente del socialismo alicantino, el partido concentra el frente de la batalla política en el hemiciclo de la Diputación. César Sánchez, convertido por el PP en el principal ariete contra el Consell del Botànic, tendrá ahora delante no sólo a Gerard Fullana, portavoz de Compromís y la referencia «de facto» de la coalición en la provincia. También deberá lidiar con un Chulvi reforzado. Es el portavoz de la Diputación sino y, además, ahora es el líder de la formación en Alicante. Un elemento más que permite a los socialistas plantar cara en la única gran institución que le resta al PP en la Comunidad Valenciana además de dar aire no sólo la figura de su portavoz sino también generar líneas de conexión directas con el más de medio centenar de alcaldes con los que se hizo el PSPV después de las últimas elecciones municipales.

Pero la elección de Chulvi tras el pacto de gran parte de los seguidores de Ximo Puig con el grupo «sanchista» que encabeza Alejandro Soler -el ilicitano que es el único dirigente provincial en la ejecutiva federal del PSOE-, además de la lectura institucional, tiene otra interpretación claramente en una clave más interna. El presidente de la Generalitat se decanta por un núcleo de dirigentes diferente en Alicante con los que tiene absoluta sintonía en el plano institucional -defensa de la acción del Consell en la Diputación sin ir más lejos- y también interno, por ejemplo, en el proyecto de potenciar las organizaciones comarcales, aprobado en la reunión de la ejecutiva del pasado viernes. Un proceso que inició con la designación de la mencionada Toñi Serna y que culmina ahora con la figura del alcalde de Xàbia. En ese grupo figuran, entre otros, el delegado del Consell en Alicante, Esteban Vallejo; otros alcaldes como el alcoyano Toni Francés, el dianense Vicent Grimalt o la aspense María José Villa; o la diputada provincial oriolana Carolina Gracia. Ese va a ser, a partir de ahora, el grupo en el que se apoyará Puig en Alicante para intentar consolidar la máxima cuota de poder institucional de cara a las autonómicas y municipales de 2019.

Una vez que se confirme su candidatura con la recogida de avales, Chulvi tendrá que empezar a perfilar una ejecutiva que, necesariamente, tendrá que ser de integración tras el acuerdo con el «sanchismo», que reclama el control de la secretaría de Organización; y de la decisión de la otra facción de los afines a Ximo Puig, cuya cabeza visible era el eldense Rubén Alfaro y que optó por la retirada. El paso atrás del también presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) deja en una situación muy complicada al exsenador Ángel Franco, que era el principal apoyo de Alfaro. Ya salió claramente debilitado del congreso del PSPV celebrado el pasado mes de julio en Elche cuando Puig se decantó por otros perfiles. Pero ahora, además, sin ningún poder en la provincia y sin influencia, sólo le quedará la alternativa de cavar en la agrupación de Alicante su última trinchera.