El exministro de Exteriores y actual número uno del PP en el Congreso por Alicante, José Manuel García- Margallo, lamentó ayer la imagen que los independentistas han logrado dar al exterior y aseguró que el mesaje que está calando en los medios internacionales y por lo tanto en el exterior es el de una España opresora.

A preguntas de este diario, García-Margalló dijo que la actuación de la Policía hay que enmarcarla en un contexto. «La movilización que se produjo en Cataluña era el clima adecuado para los incidentes, más cuando se sabía que se habían desplazado grupos violentos de dentro y fuera de España», señaló. El siguiente hecho a tener en cuenta, añadió, es que los Mossos «tuvieron una pasividad y negligencia culpable dejando a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado prácticamente solas en situación de conflicto real». «La Policía Nacional y la Guardia Civil, cuando se vieron acosadas, reaccionaron», subrayó, y añadió que eso no quita que se hayan producido «reacciones que entristecen a todo el mundo». «Eso es evidente. Pero que era de esperar, también. Y quien tiene que tener un protagonismo importante en el mantenimiento del orden son los Mossos, y si se lavan las manos estas cosas se producen», manifestó.

Sobre la imagen que los acontecimientos del domingo han provocado en el exterior, Margallo señaló que la estrategia separatista cambió en los últimos años, y que al principio se trataba de conseguir un respaldo internacional. «Cuando se dieron cuenta de que eso no era realista y que una Cataluña independiente fruto de un referéndum inconstitucional no iba a ser aceptada por la comunidad internacional y que iba a quedar excluida de la Unión Europea cambiaron de estrategia», dijo el exministro. «Ahora buscan demostrar que la democracia de España es de baja calidad y que el reino de España es un Estado opresor que desconoce derechos y libertades básicas».

Añadió que esa estrategia se ha potenciado en los últimos meses y que es la imagen que los independentistas querían difundir en los medios internacionales. «Hay que reconocer que han logrado, desgraciadamente, calar ese mensaje, con cifras exageradas como las del número de heridos, por lo que me dicen, pero han pasado ese mensaje».

A su juicio, ese mensaje afecta muy negativamente a la marca España. «Con la crisis, con cifras de paro gigantescas y luchando por el rescate estámabos en la cifra 18, y cuando lo dejé en el puesto 13. Eso que subimos en muy poco tiempo lo podemos perder ahora, y que afecte a la marca España no es algo ajeno a nuestra vida cotidiana», indicó. «Es que si los inversores mundiales ven que no somos capaces de convivir y mantener la paz interna tendremos dificultades en la obtención de fondos que necesitamos como agua de mayor para crear empleo, subir en productividad y en definitiva vivir mejor», explicó ayer. Para el diputado alicantino el daño a la marca España, «si no lo conseguimos encauzar, no es un daño abstracto. Es concreto y que nos va a afectar a todos en nuestro día a día».

En cuanto a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, señaló: «No es ningún secreto que pedí que se aplicara el artículo 155 en la consulta de 2014, y pedí que al mismo tiempo se abriera un proceso político de diálogo y se abordarsen los temas que habían producido la desafección de parte de la sociedad catalana». Así, concluyó que si era hora de aplicarlo hace tres años, «imagínese ahora». «A nadie se le ocurriría decir que a un coronel que ha anunciado un golpe de Estado en su regimiento, que ha dado todos los pasos para ello, como mínimo no se le quite su regimiento. Y eso es lo que está pasando». Detalló que España vive «un caso clarísimo de sedición». «Estamos como en las guerras carlistas; hay un grupo faccioso que desobece la legalidad y eso es impensable en una democracia moderna».

El exministro de Exteriores descartó asimismo que el ejército español vaya a intervenir en Cataluña, ya que «hay medios más que suficientes para poder restablecer la institucionalidad sin recurrir a una intervención militar».

Respecto a la petición de diálogo realizada ayer por el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, siempre y cuando el Gobierno «no ponga condiciones», Margallo dijo que el diálogo es una virtud, pero que tiene que hacerse dentro de la ley. «Puigdemont el único diálogo que quiere es hacer un referéndum de secesión y eso no es posible si no se modifica la Constitución, que dice que la soberanía pertenece a todo e l pueblo español y no a una parte y que España es indivisible». «Si se quiere que se reconozca el derecho de autodeterminación el Parlament catalán lo que tiene que hacer es una iniciativa para que las Cortes españolas y el pueblo español por referéndum cambien la Constitución y admitan que ese referéndum es posible, mientras tato no se puede hacer, y ese diálogo no conduce a ningún sitio. Se puede dialogar dentro del marco constitucional, pero no se puede alterar el marco constitucional por un procedimiento que no sea el previsto en el orden constitucional. Eso es exactamente un golpe de Estado. Y lo que estamos viviendo es más grave que un golpe de Estado clásico», concluyó.

A su juicio, en los próximos días se va a entrar en un proceso «de enroque y bloqueo político». Por otra parte, en declaraciones recogidas por Europa Press, manifestó que no va a haber una sola autoridad internacional que reconozca que lo acaecido el domingo en Cataluña «ha sido un referéndum» e incidió en que «un Estado no es Estado porque sus dirigentes lo digan, sino porque los demás le reconozcan».