¿Le parece una buena idea que el Consell implante la tasa turística en la Comunidad?

No. Y así lo he defendido siempre en mis planteamientos. Respeto profundamente la posición de las Cortes y todo aquello que insten. Pero la tasa no la veo.

¿Puede resumir por qué?

Porque no acabo de ver que toda la capacidad de innovar en materia fiscal se centre en el sector turístico. Y que se haga solo al alojamiento me parece una mirada insuficiente y reduccionista, porque el turismo genera mucha riqueza, marca, empleo o identidad de la que se benefician otros sectores y subsectores. Luego también porque a la hora de buscar caladeros de ingresos está el asunto de los apartamentos turísticos no reglados. No nos hemos puesto de perfil, pero podemos llegar más lejos en la lucha contra la economía sumergida. Creo que nos faltaría fuerza moral para dirigir el incremento de la fiscalidad al alojamiento reglado sin haber afrontado antes la lucha contra el intrusismo.

¿Cómo se van a resolver las diferencias con sus socios de gobierno en el Consell, Compromís, y con una Secretaría Autonómica de Hacienda que ya tiene un modelo previsto para implantarla?

Hablando. Esa es una receta que no puede fallar. Si se abre un debate acudiremos, eso es bueno. Pero iremos con nuestro argumentario.

Aunque ya ha aludido a esto, ¿Se puede repensar la tasa como una aliada para recaudar impuestos que mejoren el sector?

Es que como yo no la veo me cuesta mucho repensar en ella. Por lo que oímos, es una tasa circular que se reingresa para comercializar, para promoción, para fortalecer al propio sector turístico. Sinceramente, mirar solo al sector turístico -que con muchas dificultades está remontando el parámetro de la rentabilidad perdida en un momento de consolidación y que aún somos frágiles-, que tenga que abastecer este sector a otros negocios, cuando aquí hay muchas pymes, mucho negocio familiar, mucha gente colgada de los bancos, es injusto. No veo que el turismo sea el que tenga que abastecer de impuestos y salvar las arcas públicas.

¿Cuál es el modelo de tasa turística que trabaja el Consell y en qué difiere del de Podemos?

Esa pregunta me desborda, porque no lo sé. Creo que todavía se habla de muchas hipótesis.

¿Pero no le han transmitido al Secretario Autonómico de Turismo el modelo de tasa turística que baraja el Consell, o que estudia el PSPV?

El modelo que creo que se ha estudiado es el catalán, y este modelo surge del mismo empresariado, el propio sector es quien lo hace. Clonar el modelo catalán tampoco me parece buena idea, pero todo hablando desde un escenario de debate que no es el mío. Porque nosotros en la mesa de la Agencia Valenciana de Turismo no lo tenemos. Ahora arranca el debate y por responsabilidad, por obligación democrática, gustosamente entramos en él, porque las Cortes merecen todo mi respeto. Pero en la mesa de la Agencia Valenciana de Turismo no está este debate, que por ejemplo sí se ha hecho en Hacienda y donde se ha hecho un modelo que nosotros no terminamos de ver.

¿Cree que Ximo Puig

Yo lo que creo es que gobernar desde la pluralidad es enriquecedor. Hay algo con lo que el presidente está muy identificado, que son los modales democráticos. Es lógico que no solo la tasa, sino muchas cosas, estén en la agenda de la negociación. En un gobierno plural la negociación, la transacción, el diálogo, el escuchar, el ceder, forma parte del momento. Y más después de veinte años de un determinado sentido del poder. Esto es saludable.

La tasa se aplica en comunidades como la catalana o en Baleares, competencia turística de la Comunidad Valenciana. ¿Supone para esta Comunidad una ventaja competitiva no aplicar la tasa?

Nuestra ventaja en este sentido sí puede verse respecto a determinados mercados o segmentos. Hay mercados emisores muy sensibles al precio, hay destinos turísticos en la Comunidad Valenciana donde influye mucho la negociación con los touroperadores y en pleno Brexit, con la caída del poder adquisitivo del mercado británico que es el principal emisor extranjero que tenemos, más un cierto despertar de otros destinos rivales del Mediterráneo oriental como Egipto o Túnez que ya pronostican los expertos, puede interpretarse como una cierta ventaja competitiva. Pero no me centro en esa ventaja competitiva. Es muy interesante hablar de ella, pero no es el principal argumento para no compartir la tasa turística.

Dicen los hoteleros que la aplicación de la tasa turística convertiría a la Comunidad Valenciana en una tierra hostil. ¿Está de acuerdo?

Yo prefiero hablar de que sin tasa somos más hospitalarios. A veces me preocupa que la tasa sea consecuencia de culpabilizar al turista de algo malo. El argumento de que como el turista ensucia, depreda y degrada pues hay que poner una tasa creo que es un error. Las ciudades no se destruyen por los «selfies» del turista, se degradan por el odio, por las bombas. Me preocupa eso de que a los de fuera, pues hagamos que paguen la tasa. Eso choca con un concepto de hospitalidad propio de una sociedad abierta y cosmopolita.

¿Habrá tasa turística si los empresarios se oponen a ella?

El desenlace final no lo sé, pero el departamento de Turismo argumentará sobre su inconveniencia. Lo que no puedo hacer ahora es ponerme de perfil ante un sector que me lo creo y ante un concepto de modelo turístico que marca la línea que llevamos. Cambiar las reglas a mitad de legislatura...no sé. Veremos qué pasa. Esto es una sociedad democrática y tan respetable es mi argumento como el resto.