El nuevo líder de Podemos, Antonio Estañ, ha conseguido algo que llevaba buscando desde que accedió al cargo en sustitución de Antonio Montiel: visibilidad. Al menos por ahora, Estañ ha roto con la inercia que le situaba en la irrelevancia. Ni está en el Consell -muy a su pesar por decisión de Pablo Iglesias teledirigida desde Madrid- ni tampoco ejercía de oposición. Había un convencimiento casi generalizado de que Podem0s tenía que aprobar por obligación todo lo que el Consell del Botànic -gobierno que comparten los socialistas y Compromís- decidiera poner encima de la mesa. Ese camino, estaban convencidos en la nueva cúpula de Podemos, les conducía al ostracismo de cara a la batalla electoral que se avecina en la cita de 2019.

En su primera intervención en las Cortes como síndic morado, Antonio Estañ aprovechó para lanzar una bomba de relojería a sabiendas de que sus votos son decisivos para aprobar las cuentas de 2019: implantar desde ya la tasa turística, una propuesta que sacó adelante con el respaldo de Compromís. Fue el único movimiento que colocó al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en un aprieto. Un problema mayúsculo en tanto que le sitúa entre la espada y la pared: enfrentarse a sus socios o a los empresarios turísticos, que están completamente en contra de la implantación de la tasa. Podemos ha elevado aún más el tono, como se evidenció ayer en una nueva comparecencia de Estañ junto a la plana mayor de su grupo parlamentario para abordar su estrategia en los presupuestos.

Y la cuestión de la tasa turística, a la vista del rédito político que de momento le ha sacado Podemos al asunto como una caja de resonancia mediática, será «una prioridad» en la negociación de los presupuestos, que deben entrar en las Cortes aproximadamente en un mes. Trabaja con una propuesta para que el impuesto -un recargo extraordinario que gravaría las pernoctaciones de los visitantes- sea finalista, progresivo y con excepcionalidades. Pero, además, sin retrasos. Confía el líder autonómico de Podemos en que se pueda verse reflejado en la Ley de Acompañamiento, la norma que desarrolla la tramitación de los presupuestos y de la que ya hay un primer borrador en el que no aparece la tasa turística.

Estañ destacó que la tasa turística no es un tema nuevo y advirtió de que el tiempo se «agota». «Es necesario que la medida tenga un reflejo en los presupuestos de 2018 pues serán los últimos que aplicará de forma íntegra el Consell actual. Es una prioridad que debe verse reflejada y atendida», zanjó. Podemos baraja una horquilla del 0,5 y de 2 a 5 euros, que no suponga más del 2% del coste. Quedarían exentos del impuesto -finalista y que revertirá en el sector- las pernoctaciones de larga duración, los pensionistas y los menores de 16 años, aunque son cuestiones en las que aún se trabaja. El PP volvió a rechazar el impuesto y solicitó la comparecencia de Francesc Colomer.

Junto a este impuesto, Podemos reclamará también la exención del pago farmacéutico a personas con ingresos menores al salario mínimo, la eliminación de los barracones en 2019, avanzar en el vaciado de competencias de las Diputaciones, la implantación del polémico sistema de recogida de residuos que abandera Compromís o más apoyo e inversiones en justicia. Estas son algunas de las cuestiones que centrarán la estrategia de la formación ante la negociación de los Presupuestos, según avanzó el secretario general y portavoz en las Cortes acompañado por los diputados Fabiola Meco y David Torres y la responsable de Política Públicas del partido, Rocío Segura.