Prácticamente cuatro meses. Ese es el tiempo que lleva el socialismo alicantino sin un secretario general provincial y, por ende, con vacío de poder. El sábado 27 de mayo, en vísperas del congresillo provincial que iba a elegir los 32 delegados alicantinos para el congreso federal del PSOE, el hasta entonces líder en las comarcas de la provincia, David Cerdán, presentó su dimisión. Lo hizo poco después de que Pedro Sánchez recuperase el liderazgo del partido -a quien Cerdán apoyó- y todavía en plena batalla interna. Su principal motivo fue, como él mismo alegó en el escrito de dimisión que trasladó a Ximo Puig, que las bases se habían postulado «a favor de un cambio en las formas y los modos de funcionamiento interno» de la organización.

Pues bien, desde entonces el PSOE provincial ha estado descabezado. No solo perdió a su secretario general, sino que ni tan siquiera ha sido capaz de conformar una gestora... hasta ahora. Los intentos de los tres principales actores -el sector oficialista de Puig, los «sanchistas» liderados por Alejandro Soler y los afines a Ángel Franco- no han dado todavía sus frutos, aunque fuentes de Blanqueries corroboraron ayer a este diario que la próxima semana se perfila una solución.

Las tres partes han intensificado las conversaciones durante los últimos días y está previsto que el martes, a más no tardar, se eleve una propuesta a la dirección nacional para que ésta, a su vez, la traslade a Ferraz. Y es que es Madrid, en último término, la que ha de dar el visto bueno.

Pero, ¿qué funciones tendrá la gestora? ¿Quién la presidirá? La primera de las preguntas ya tiene respuesta. De acuerdo con la información recabada por este diario, la dirección provisional únicamente se encargará de convocar el comité provincial para que éste, por su parte, convoque el congreso provincial del que saldrá elegido el nuevo secretario general. Salvo contratiempo de última hora, este último cónclave se celebrará en noviembre.

La segunda de las incógnitas no está tan clara. Las tres partes -afines a Puig, a Franco y los sanchistas- se reunirán de nuevo mañana y tratarán de alcanzar un consenso para elegir al dirigente que liderará temporalmente la gestora. Una vez disipada esa duda, comenzará la cuenta atrás hacia el congreso provincial. Hasta ahora, varios son los nombres que han sonado con fuerza para optar a la secretaría general en la provincia. Dos de los que parecían postularse para el cargo eran el alcalde de Alcoy, Toni Francés, y su homólogo de Elda y presidente de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Rubén Alfaro.

El primero de ellos, sin embargó, se autodescartó ayer. En una conversación telefónica mantenida con este diario, Francés reiteró que hoy por hoy no se ha planteado esa posibilidad: «Me descart0». El primer edil subrayó que ya tiene suficiente trabajo con su nuevo cargo en la ejecutiva nacional, de la que es secretario de Política Comarcal, y con sus quehaceres diarios en el Ayuntamiento. Además tendió la mano al partido para propiciar «un consenso» entre las principales sensibilidades socialistas. Una de ellas, la oficialista, aspira todavía a que sea él el que asuma el timón provincial del PSOE. Pero él, sin embargo, rechazó ayer de plano esa posibilidad.

Alfaro, por su parte, no ha adoptado todavía una decisión, aunque dirigentes próximos a él dejaron entrever que sí optará al cargo. Una parte del partido le ha pedido que dé el paso y se presente a las primarias, pero otra no ve con excesivos buenos ojos que sea el próximo secretario provincial. Básicamente, porque ya ostenta dos cargos de responsabilidad: la Alcaldía de Elda y la Presidencia de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias.

La respuesta a todos estos interrogantes llegará pronto. La próxima semana se podría sustanciar un acuerdo para conformar la gestora y a partir de ahí las negociaciones se centrarían en buscar un candidato de consenso. Todas las partes aspiran a eso.