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Pedro Sánchez tropieza otra vez con la misma piedra: Ximo Puig

La posición del líder del PSOE en el debate territorial y una propuesta sobre financiación que perjudica a la Comunidad adelantan nuevas turbulencias

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig en el último congreso de los socialistas valencianos. matías segarra

Ya se sabe: el hombre es el único animal que puede acabar tropezando dos veces en la misma piedra. Y a eso parece abocado el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en su relación con Ximo Puig, líder de los socialistas valencianos y presidente de la Generalitat. La posición del número uno de Ferraz sobre el debate territorial y una propuesta sobre la reforma de la financiación autonómica que perjudica claramente los intereses de la Comunidad no han agradado ni un ápice en las filas del PSPV. Chocan de plano con la configuración del Pacte del Botànic -el acuerdo que sostiene al Consell que encabezan Puig y Mónica Oltra con Podemos como socio parlamentario-, con las resoluciones del último congreso de los socialistas valencianos celebrado en Elche y con el propio Estatuto de Autonomía. Y ese escenario, en un momento tan complejo por la crisis soberanista catalana, avanza nuevas tensiones entre Ferraz y el jefe del Consell.

Entre Pedro Sánchez y Ximo Puig no hay ningún «feeling». No es ningún secreto. El «jefe» del PSOE no le perdona al presidente de la Generalitat que se sumara a la revuelta que desembocó hace ahora casi un año con su dimisión en su primer mandato al frente de los socialistas. A Ximo Puig, el segundo cargo institucional más importante del partido en toda España, tampoco le gustó ni el «ninguneo» en el congreso federal que encumbró a Sánchez para su segundo mandato. Ni mucho menos la maniobra que Ferraz impulsó para desestabilizar a Puig con el alcalde de Burjassot, Rafa García, como aspirante del «sanchismo» para relevar al titular del Consell al frente el PSPV. Pero Pedro Sánchez venció por segunda vez y el presidente de la Generalitat aguantó el envite para continuar al frente de los socialistas valencianos.

Así que uno y otro, a la fuerza ahorcan, tuvieron que hacer de tripas corazón. Pedro Sánchez vino al congreso del PSPV que se celebró en Elche a finales de julio para avalar a Puig y el jefe del Consell evita al máximo desde entonces cualquier cuestión espinosa que pueda originar diferencias. Hasta el punto de que la relación entre ambos, como mínimo, es correcta e institucional. Han retomado, de hecho, un contacto telefónico más o menos frecuente para abordar cuestiones de actualidad con respeto a la posición que tienen ambos dirigentes. Pero el líder del PSOE ha vuelto a tropezar otra vez con la Comunidad. Hace unos días, en medio de la crisis abierta con el desafío independentista catalán, puso encima de la mesa una posible solución para el conflicto territorial que pasaba por elevar el rango del País Vasco, Cataluña y Galicia como sujetos nacionales en el conjunto de España.

El pasado jueves, durante su comparecencia en la Moncloa después de reunirse con Mariano Rajoy, a Ximo Puig le preguntaron sobre ese asunto. El jefe del Consell evitó el choque directo con Pedro Sánchez pero dejó clara su postura. Se mostró favorable a una comisión, como plantea el líder del PSOE, que estudie una importante reforma del modelo territorial pero, sin embargo y sin aludir a esas tres autonomías por encima del resto, el jefe del Consell habló de abordar esa cuestión desde una «mirada federal». Y, a continuación, le lanzó un recado a Sánchez. Sin citarlo en ningún momento, el presidente de la Generalitat recordó que el Estatuto de Autonomía incluye desde su última reforma -aprobada, por cierto, en 2006 con el voto a favor de los socialistas y también del PP- la definición de «nacionalidad histórica» para la Comunidad, algo que también defienden los otros dos socios del Acord del Botànic -Compromís y Podemos- y que el PSPV ratificó en los documentos de su último congreso.

De puertas hacia dentro, el malestar en las filas de los socialistas valencianos es todavía mayor. Recuerdan que el único argumento para incluir a Galicia en el paquete de los territorios históricos es que, justo antes de la sublevación de Franco en 1936, logró aprobar su Estatuto junto a Cataluña y el País Vasco. Los valencianos eran los siguientes que tenían a punto su autonomía. Pero el alzamiento franquista lo evitó cuando ya su aprobación era inminente. Consideran, por tanto, en las filas del PSPV que con su postura de excluir a la Comunidad -Andalucía y Aragón también se definen así en los Estatutos- de esa terna, Pedro Sánchez perpetúa una anomalía del franquismo. La posición del Consell es clara: reclama los mismos derechos que el resto de territorios y el reconocimiento recogido en el Estatuto valenciano.

Pero es que, además, en plena ofensiva de la Generalitat para exigir en Madrid un trato justo con la financiación autonómica, este fin de semana, Pedro Sánchez tropezaba de nuevo con la Comunidad Valenciana. Durante una convocatoria en Extremadura y para contentar a su presidente Guillermo Fernández Vara -uno de los barones socialistas que más se ha acercado al nuevo líder del PSOE tras posicionarse en su día con Susana Díaz- el dirigente socialista lanzó una propuesta propuesta para cambiar la financiación que incluye favorecer a aquellas comunidades con tasas de paro muy superiores a la media o con un envejecimiento notable de su población, algo que favorece por ejemplo a los extremeños y que perjudica a el reparto a la Comunidad, a la cola en la distribución de esos fondos como reconocen los expertos. Lío a la vista.

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