La Diputación de Alicante ha iniciado contactos con Bruselas, ya que pretende continuar en el tiempo en su estrategia de buscar fondos europeos para proyectos destinados a los municipios de la provincia. La institución se ha lanzado, al margen de la Generalitat, a la conquista de las ayudas europeas, muchas de las cuales no han recibido nunca los municipios alicantinos, y pretende ser mediadora en la consecución de fondos no solo para los ayuntamientos, sino también para grandes proyectos supramunicipales de los que pueda beneficiarse toda una comarca.

Así consta en el Plan Estratégico elaborado por la Oficina Provincial de Fondos Europeos, un área de nueva creación impulsada por el presidente de la Diputación, César Sánchez, y que dependerá directamente del vicepresidente quinto y diputado de Modernización y Transparencia, Adrián Ballester. La oficina se encargará de la captación de estas subvenciones y físicamente se ha ubicado en el Palacio Provincial de la Avenida de la Estación, concretamente donde tenía su despacho el grupo Compromís antes de «mudarse» a las instalaciones de la calle Tucumán.

La Oficina Provincial de Fondos Europeos ha empezado con dos trabajadores directos y otros ocho funcionarios distribuidos. «La idea es centralizar lo básico y tener descentralizada la gestión operativa de los programas a los que vamos a optar», señaló Ballester.

Las áreas que más se beneficiarán de los fondos europeos serán Ciclo Hídrico, Medio Ambiente, Innovación, Infraestructuras, Turismo y Ahorro Energético, y habrá municipios que opten por primera vez a estas ayudas, si bien Ballester explicó que se va a empezar por proyectos comarcales que cubran a la vez las necesidades de varias poblaciones.

Pero la captación de fondos europeos requiere de mucha burocracia, los trámites no son sencillos, las propuestas de proyectos deben ir, en algunos casos, en inglés o francés, y hay que estar familiarizado con la jerga europea, así que lo primero que ha hecho la Diputación es crear un Plan Estratégico para la tramitación y captación de fondos ofertados por la Comisión Europea y fomar a una decena de trabajadores en esta materia. El Plan Estratégico -un documento de 157 páginas- dedica buena parte a hacer un análisis de carácter técnico que tendrán que conocer los trabajadores que se encarguen directamente de la presentación de proyectos, y analiza también las fortalezas y debilidades de la institución provincial a la hora de lanzarse a la conquista de ayudas europeas. Entre sus virtudes está su capacidad de financiación, por lo que puede acceder a las numerosas subvenciones que salen a través de la fórmula de la cofinanciación, aunque admite las necesidades formativas del personal que se dedique a la gestión de proyectos así como la limitada presencia de la Diputación en redes europeas dedicadas a identificar socios y apoyar la formulación de propuestas.

Las subvenciones a las que busca acceder la Diputación son las de financiación competitiva no reembolsable que concede la Comisión Europea. Éstas siguen lógicas diferentes a la financiación redistributiva regional o a la cesión de fondos reembolsables que gestiona la Comisión con el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Responden a criterios de calidad y colaborativos, de ahí que la Diputación opte por poner en marcha en primer lugar proyectos comarcales. La estrategia que se ha marcado la Oficina de Fondos Europeos es hasta finales de 2020, que es cuando acaba el plazo de numerosas convocatorias.

La conquista de los fondos europeos a la que se han lanzado tanto la Generalitat com ahora la Diputación se enmarca en un contexto de limitaciones y ahogo de muchos ayuntamientos lastrados por la deuda, el techo de gasto o la necesidad de que parte de sus inversiones sean sostenibles, es decir, que no requieran de inversión futura para su mantenimiento.