Sólo es un pacto a medias. Los seguidores de Ximo Puig y los «sanchistas», que dieron su respaldo al alcalde de Burjassot, Rafa García, en la batalla por controlar el PSPV, están llegando a acuerdos, más o menos generalizados, para el reparto de los delegados que acudirán al congreso que se celebrará la próxima semana en Elche. No hay unanimidad, sin embargo, ni con la gestión de Puig al frente del PSPV a pesar de su victoria en las primarias; ni tampoco con la ponencia que marcará la estrategia socialista de los próximos años. Un texto que no ha agradado ni un ápice al «sanchismo» por su perfil valencianista -una orientación que algunas comarcas de Alicante ha escocido especialmente- y su predisposición, claramente, a marcar distancias con el actual PSOE, en cuya cúpula Ximo Puig no tiene ninguna influencia después de posicionarse con Susana Díaz en esa batalla por el mando de Ferraz.

Este es el caso, por ejemplo, de la agrupación de la capital. Como adelantó este periódico, el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, ofreció un acuerdo aceptado por el «sanchismo» que incluía 15 delegados para Puig, diez para Rafa García y, finalmente, el propio primer edil al frente de la candidatura. El reparto de la lista está cerrado. Ahora sólo falta ponerle los nombres de cara a la asamblea de mañana. Pero, sin embargo, los afines a Pedro Sánchez sí barajan plantar cara tanto en el informe de gestión como en la ponencia. Ya están votando en contra en numerosas agrupaciones para explicitar el malestar que desembocó en la presentación de la candidatura contra Puig. Y en la agrupación de Alicante también barajan dar ese mismo paso. En el fondo, el «sanchismo» le está devolviendo la pelota a Puig, que hace cuatro años tumbó la gestión de Jorge Alarte como antesala de su victoria en el congreso que, en aquella ocasión, se celebró en la Universidad de Alicante.

Pero, además, también están dispuestos los «sanchistas» a dar la batalla ideológica. Anoche reconocían su disgusto con la ponencia. Apuntaban que sería motivo de una enmienda a la totalidad pero que, en cualquier caso y a raíz de la premura de tiempo, intentarán rebajar su perfil valencianista con cambios parciales en los que ya están trabajando. Y mientras, Pedro Sánchez intenta destensar su relación con Ximo Puig. El secretario general del PSOE anunció que inaugurará el congreso de los socialistas valencianos. Puig señaló ayer que la ejecutiva federal estaba invitada a ese cónclave, incluido Sánchez, y que no le cabía duda de que la dirección federal estaría «bien representada». El secretario general del PSPV, que en ese congreso será ratificado junto a su ejecutiva, aseguró que más allá de las diferencias con Sánchez en el pasado, de carácter político, carece de sentido que no haya diálogo entre ambas direcciones, algo que en su opinión no se va a producir.