Como estaba cantado, Toño Peral será el nuevo presidente local del PP en la ciudad de Alicante con una victoria clara, contundente y abrumadora. No entraba otro desenlace posible en el guión diseñado por la cúpula de los populares alicantinos con la idea de aplazar, al menos hasta dentro de año y medio, la batalla por la candidatura a la Alcaldía. El aspirante oficialista, con el consenso de todas las grandes familias del partido y con la edil Mari Carmen de España como secretaria general, cosechó 476 apoyos -más del 93% de los votos emitidos- por las apenas 25 papeletas que contabilizó la lista alternativa que había registrado el militante Francisco Maestre. Hubo cuatro votos en blanco y cinco nulos. Hasta la sede provincial del PP se desplazaron un total de 510 militantes. Poco más de la mitad de las 975 personas que se habían puesto al corriente de las cuotas para poder participar y una porción mínima de los cerca de 15.000 «apuntados» que el partido declara como su masa de afiliados en la capital alicantina y además la cifra oficial que sirve para medir su presencia en congresos y procesos internos.

Así que, a pesar de ese resultado claro, la red de afiliados y simpatizantes del PP de Alicante recibe la presidencia de Toño Peral, antes diputado en las Cortes y ahora jefe de gabinete de César Sánchez en la Diputación, en medio de una importante indiferencia. Un botón de muestra que avala el desinterés evidenciado con esa paupérrima participación: la asistencia a las urnas en Alicante fue claramente inferior -menos de la mitad- de la que se registró en Orihuela o en Elche, las otras dos grandes organizaciones locales del PP en las que se ha tenido que recurrir a votar. La candidatura de Peral la avalaba todo el PP de la capital: empezando por Luis Barcala y Carlos Castillo, siguiendo con los exzaplanistas y Carlos Mazón, continuando por los afines a Julio de España o Ginés Lifante. Y todo ello con la bendición del presidente provincial del PP, José Císcar, que quería ganar tiempo para evitar que la votación se convirtiera en un «primer round» de la batalla por la Alcaldía. Todos se examinaban. Y la nota es un aprobado justo. El poder que han podido concitar es atraer a alrededor de un millar de personas a pagar su cuota de afiliado y menos de 500 a votar. Toño Peral será presidente con el apoyo de poco más del 3% de los militantes que el PP declara tener. Así que su primer objetivo pasa, desde luego, por revitalizar una organización que, de facto, lleva paralizada más de dos décadas y sin apenas ninguna capacidad de influencia real.

Las votaciones se iniciaron a las cinco y media de la tarde permaneciendo abiertas las urnas hasta las nueve y media de la noche. Finalmente y después de mantenerlo ocultó hasta minutos antes de votar entre las quejas durante los últimos días de Maestre, pagaron su cuota para poder participar un total 975 afiliados de los cerca de 15.000 que aparecen en los censos populares de la capital. El PP también aceptó que ejercieran ese derecho aquellos militantes que no figuraban en la lista remitida por Génova pero que demostraran con un justificante bancario el abono de la ficha. Los resultados evidencian, una vez más, que los listados de afiliación de los populares están claramente hinchados. Una limpieza que nadie se atreve a ejecutar para no perder ni un ápice de peso en los procesos orgánicos internos del PP.

Apenas cincuenta minutos después de cerrar las urnas, culminaba el recuento de los poco más de 500 votos emitidos con la aplastante victoria de Toño Peral, que convocará su primer comité ejecutivo para el próximo lunes a las siete y media de la tarde. En declaraciones a este periódico, el nuevo presidente del PP en la ciudad de Aliante aseguró que se inicia una etapa de «unidad, consenso e integración». «Ha quedado claro -continuó- que esta es una candidatura que representaba a todos. Es un honor poder pilotar este proyecto que tiene como principal objetivo devolver al PP a la Alcaldía de Alicante en las elecciones municipales de 2019». Toño Peral ofreció integración a su rival en las urnas para trabajar por el partido y restó importancia, en cualquier caso, a la paupérrima participación de los militantes en el proceso. «Es el mes de julio y ha hecho un día horrible», justificó Peral para dar por buena la asistencia a las urnas. «En otras poblaciones había más movilización con más listas Yo aquí he visto tranquilidad y confianza de los afiliados en una candidatura solvente que representa a todos», zanjó el presidente.

Francisco Maestre, por su parte, se mostró «decepcionado» tanto por la baja participación de afiliados en el proceso de elección como por el escaso respaldo que obtuvo su candidatura. «Creo que es vergonzoso que acudan a votar tan pocos afiliados. Todavía no me creo lo que ha podido pasar», explicó Maestre que descartó de plano aceptar la oferta de integración que le realizó Toño Peral. «Es difícil. Tenemos ideas muy diferentes», apuntó. El candidato alternativo se quejó de las «presiones» para orientar votos. «Han pesado demasiado las llamadas. Han surtido efecto. La gente tiene mucho miedo a significarse», concluyó este veterano afiliado al Partido Popular.