La batalla abierta en el seno del PSPV por el liderazgo del partido se ha trasladado a Alicante. Desde el pasado miércoles y hasta la semana que viene los dos rivales en las primarias por el control del partido -el actual secretario general del PSPV, Ximo Puig, y el alcalde de Burjassot, Rafa García- despliegan campaña en la provincia y cada uno de ellos busca apoyos en el caladero del otro. Puig en las bases, el granero de votos de los «sanchistas»,y García entre los alcaldes de la Comunidad, muchos de los cuales se fotografiaron con Susana Díaz y Ximo Puig en la dura carrera hacia las primarias del PSOE que culminó con la victoria de Sánchez y con una clara ventaja a su favor, precisamente, en la Comunidad Valenciana.

El también presidente de la Generalitat anunció ayer en Callosa de Segura durante una comida con militantes que creará una Secretaría de la Militancia dentro de la estructura de la Ejecutiva Nacional si es reelegido secretario general de los socialistas valencianos.

Puig ya se lanzó el miércoles a la caza del voto de las bases durante un acto en San Vicente del Raspeig en el que admitió ante los periodistas que hasta ahora había tenido poco tiempo hasta ahora para hablar con la militancia. «Todos en el partido deben ser capaces de representar dignamente a los compañeros», dijo, por lo que «en esta nueva etapa hemos de aprender y darles mayor protagonismo y mayor participación». Insistió en que en el partido hay un capital «humano enorme que en ocasiones no tenemos bien articulado», un mesaje que pretende claramente calar en el corazón de las bases.

Para contrarrestar la bicefalia por la que apuestan los «sanchistas», que quieren separar la figura del jefe del Consell de la primera voz del partido, el presidente de la Generalitat defendió su cargo al frente del gobierno valenciano como un elemento a explotar a la hora de buscar respaldos. «La vida me ha hecho más tolerante. Nunca podré agradecer lo suficiente la posibilidad de ser presidente de la Generalitat, ahora entiendo muchas cosas e intento resolver problemas», indicó Ximo Puig para fortalecer el argumento de que la presidencia de un gobierno es la utilidad del partido.

Mientras Puig busca votos desde abajo, su rival en las primarias los busca entre los alcaldes. Rafa García, candidato de los «sanchistas» a liderar el PSPV, anunció ayer que creará un Consell d'Alcaldes «con capacidad real para diseñar la estrategia de política municipal» si es elegido secretario general de los valencianos el próximo 16 de julio, día en que se celebrarán las primarias. «Las alcaldesas, alcaldes y portavoces son quienes conocen la realidad de cada municipio y son quienes construirán un modelo de partido que responda a las necesidades de nuestros pueblos y ciudades», señaló ayer en un encuentro con militantes en Valencia. Y añadió que son precisamente los regidores municipales quienes liderarán el nuevo modelo de municipalismo. «Ha acabado el tiempo en el que cuatro deciden y todos los demás pegamos carteles y pagamos cuotas», señaló.

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Con ese discurso, García llega hoy a Alicante, donde tiene previsto ver la mascletà, visitar varios racós y comer en la Hoguera Pérez Galdós, una jornada intensa a la que le seguirá una cita con jóvenes en Elche durante el sábado mientras Puig asistirá a la última mascletá de Hogueras en Alicante. La semana que viene García también tendrá varios actos en la provincia con agrupaciones socialistas.

Con la batalla abierta, la recogida de avales en marcha y los dos contrincantes buscando votos en la provincia, el panorama aún es capaz de ponerse más feo todavía. El desacuerdo en el posicionamiento sobre el acuerdo de libre comercio con Canadá (CETA) entre Pedro Sánchez y Ximo Puig tensiona más la cuerda entre Ferraz y Blanquerías, al negarlo ahora el primero y ser apoyado por el segundo. «No sé qué ha llevado al PSOE a cambiar su posición», se preguntó ayer Puig.