El socialismo valenciano se prepara para la guerra. El PSPV se lanza a una nueva batalla internaPSPV batalla interna de grandes dimensiones y con una onda expansiva que, incluso, puede afectar a la estabilidad del Consell. Pedro Sánchez Pedro Sánchez va a por Ximo Puig. Los movimientos de las últimas horas durante la celebración del 39 congreso federal del PSOE con el nuevo secretario de Organización, el valenciano José Luis Ábalos, al mando, han terminado por impulsar la maniobra para intentar apartar al presidente de la Generalitat del liderazgo del socialismo valenciano. Hasta el punto de que el núcleo de mando de los «sanchistas» en la provincia y en la Comunidad -reunido ayer durante un almuerzo informal en Madrid- ya ha dado su respaldo a una operación que se va a concretar, en cualquier caso, en 48 horas. Antes de la medianoche del martes se cierra oficialmente el plazo para presentar candidaturas a la secretaría del PSPV. Sólo una negociación «in extremis» con una cesión de Ximo Puig de amplias cuotas de poder -retirarse, aceptar la presidencia del partido o entregar Organización- podría evitar una confrontación que, en estos momentos, parece inevitable.

Ya hay, incluso, rival alternativo: Rafa García, alcalde de Burjassot, una población del área metropolitana de València y un feudo histórico del PSPV. Hará su presentación mañana lunes durante un acto en la capital del Túria. Pedro Sánchez -conocedor de toda esa jugada- y José Luis Ábalos pusieron uno de los focos de interés del arranque de este congreso para dar lustre al dirigente que liderará al «sanchismo» frente a Puig. Le colocaron en la mesa del cónclave, el órgano encargado de dirigir todas las sesiones de trabajo. Hace tres años, en el congreso de 2014 que lo ratificó por primera vez para hacerse con el mando de Ferraz, Pedro Sánchez contó con el propio Ximo Puig para ese mismo puesto. Blanco y en botella. A buen entendedor? No es una decisión casual. Rafa García fue el anfitrión de Pedro Sánchez en uno de los mítines más multitudinarios de su campaña, justo el mismo día en el que presentó su opción Susana Díaz durante un acto en Madrid. Pero además, esa candidatura tiene otro condicionante mas: Rafa García es una persona muy próxima a la consellera Carmen Montón -partidaria de Pedro Sánchez- con lo que la operación golpea de lleno la joya de la corona del PSPV: la estabilidad del Consell.

Todos los movimientos que se han producido en las últimas horas en el congreso sólo han contribuído a alimentar la dura batalla que se avecina en las filas del socialismo valenciano con vistas a las primarias del próximo 16 de julio y al congreso que se celebrará dos semanas más tarde en IFA. Junto a la designación de Rafa García para la mesa, la elección de la alicantina Antonia Graells -otra destacada del sector «sanchista»- para la comisión electoral y el reparto territorial de la ejecutiva. Al margen de los nombramientos ya conocidos de Ábalos al frente de Organización y de Andrés Perelló en la secretaría de Justicia, Pedro Sánchez, como avanzó este periódico, contará con el exalcalde de Elche, Alejandro Soler, representante de su candidatura en Alicante e impulsor del acto masivo organizado en Elche; y con la castellonense Susana Ros, una de las críticas a Ximo Puig en su provincia. También la consellera Carmen Montón, una de las dirigentes leales hasta el último minuto con Pedro Sánchez, tendrá un puesto de relevancia que, al cierre de la edición, estaba aún en el aire. No hubo ni una concesión tampoco al sector de Ximo Puig en la composición del comité federal.

Pero el divorcio del PSPV que se ha evidenciado en este congreso no sólo se quedó en los nombres. La distancia es absoluta también en el proyecto y en los mensajes. La nueva mayoría del PSOE tumbó todas las enmiendas presentadas por la federación valenciana vinculadas al cambio de la estructura de partido. José Luis Ábalos lleva tres días, ayer mismo lo volvió a repetir, enseñando a Puig la puerta de Blanqueries defendiendo la necesidad de separar el liderazgo orgánico del institucional. Pero además, por encima de todo, hay una absoluta incomunicación entre los dos bandos. Ambos se acusan de falta de negociación. Ábalos y el secretario de Organización del PSPV, Alfred Boix, uno de los más criticados por el «sanchismo», ni siquiera han dialogado. Y Ximo Puig, también sin contacto con Pedro Sánchez, se dejará ver hoy sólo en la sesión de clausura. Alta tensión en las filas del socialismo valenciano en un congreso en el que la delegación ha acudido, de facto, fracturada.

No se ha llegado a convocar ni siquiera una reunión con los 95 delegados del PSPV, la segunda federación con más peso en el congreso. Ayer mismo, de hecho, los delegados «sanchistas» -unos sesenta, entre ellos la mayoría de los de Alicante- se juntaron en una comida informal para dar su aval a la candidatura del alcalde de Burjassot frente a Ximo Puig. Propondrán un documento con cambios de calado en la organización del PSPV. Los afines a Sánchez ya han iniciado contactos con grupos que apoyaron a Patxi López y con la corriente Izquierda Socialista (IS). No hay unanimidad en ninguno de estos dos sectores. El síndic del PSPV en las Cortes, Manolo Mata, votante de Sánchez y de IS se mostró en contra al tiempo que pidió apoyar a Puig. La guerra está servida.