La Diputación de Alicante también quiere liderazgo político en la consecución de fondos para su ámbito: los municipios de la provincia. El presidente de la institución provincial, César Sánchez, prepara varias reuniones en Bruselas para captar fondos europeos de los que puedan beneficiarse las localidades alicantinas y está cerrando una agenda por la capital europea para la segunda quincena de julio.

Junto a él le acompañará el diputado de Transparencia y responsable de la oficina para los Fondos Europeos de la Diputación, Adrián Ballester, según indicaron fuentes del Palacio Provincial. Sánchez puso a Ballester a principios de año al frente de la Oficina Provincial de Inversiones Europeas, responsabilidad que en un principio otorgó al diputado de Medio Ambiente, Javier Sendra. Esta oficina tiene como objetivo la canalización de solicitudes de fondos de la Unión Europea por parte de los consistorios.

La idea es que la institución provincial coordine la llegada de fondos ante la enorme barrera burocrática que supone para los municipios, sobre todo los más pequeños, la tramitación de las ayudas. En ese sentido, la Diputación pretende realizar acciones de búsqueda para intentar captar subvenciones, participar en proyectos comunitarios y realizar actividades de formación, según señalan desde la avenida de la Estación, que indican que está todo el viaje a Bruselas «aún sin cerrar» pero que sí confirmaron que acudirá Adrián Ballester como diputado delegado de la Oficina Provincial de Inversiones Europeas y que se estaba ultimando la agenda del presidente.

Esta será una de las primeras acciones de calado que llevará a cabo este departamento desde su creación, ya que hasta el momento no habido movimiento. Las dependencias de esta oficina se han ubicado en lo que era hasta hace dos meses el despacho del grupo Compromís, el más grande de los que había en el edificio del Palacio Provincial.

La agenda de Sánchez y Ballester en Bruselas y los contactos para establecer las reuniones con los distintos órganos y eurodiputados del PP se ha intensificado en pleno contexto de acciones impulsadas desde la Generalitat Valenciana para retomar el contacto con las principales instituciones europeas. Puig se reunió el pasado martes en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo con el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, al que reclamó menos burocracia para que la Comunidad pueda acceder a los fondos europeos con una mayor facilidad, especialmente a los contemplados en el millonario «Plan Juncker». La recepción del responsable europeo a Puig tuvo el valor político de abrir la puerta a las deterioradas relaciones con Europa. El jefe del Consell también se citó esta semana con el vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para intentar flexibilizar la llegada de créditos de Europa a las empresas de la Comunidad Valenciana.

Con todo ello, la Diputación quiere empezar a hacer contrapeso al Consell también en la búsqueda de fondos europeos para los pueblos y que no sea la Generalitat la única que se ponga medallas en esta batalla.

A una institución que se autoproclama gobierno provincial y que además está saneada económicamente no se le podía escapar el discurso del liderazgo por los fondos europeos.

Uno de sus últimos anuncios con financiación europea fue la creación de un plan provincial de «transformación inteligente del territorio» que contempla la creación de una «big data» sobre los recursos turísticos de la Costa Blanca y su utilización para captar visitas con criterios ecológicos y de sostenibilidad. Además de los planes provinciales la idea es implantar además la coordinación de esos fondos europeos desde la Diputación para facilitar su llegada a los municipios de la provincia.

Los pulsos

El refuerzo del papel de la Diputación en el último congreso del PP celebrado en Torrevieja y su empeño por ser visible como defensora de los intereses de los alicantinos a la altura de la Generalitat Valenciana -prueba de ello es toda la argumentación que dio en este sentido en el recurso que presentó en los tribunales contra el decreto de plurilingüismo- han hecho que la institución se mueva en la balanza del contrapeso al Consell. Sin embargo, los intereses de la provincia de Alicante son una cosa y la batalla política para sacar pecho ante la Generalitat Valenciana otra.

Para echar un pulso al ejecutivo valenciano la Diputación de Alicante bajo el mandato de Sánchez ha recurrido decretos, negado a los municipios de la provincia su parte del Fondo de Cooperación Municipal y ha criticado ayudas como el plan del Consell Xarxa Llibres para los libros de texto.