Cuando Pedro Sánchez fue elegido, por vez primera, para ocupar la secretaría general del PSOE en un congreso celebrado en julio de 2014, uno de los reproches que recibió entonces fue desplegar un perfil demasiado moderado. No citó ni una sola vez la palabra «izquierda» en las intervenciones que tuvo ante el plenario del cónclave que, en aquella ocasión, presidió Susana Díaz. Su caída como secretario general, la presión de Podemos y los apoyos que ha recibido durante una larga campaña de primarias -la corriente Izquierda Socialista, sin ir más lejos- han reubicado su discurso en esta ocasión en un espacio más escorado hacia las posiciones de la socialdemocracia clásica. La noche de su victoria frente a Susana Díaz y Patxi López, de hecho, se le vio cantar «La Internacional» puño al aire, un gesto que ya sólo usaba el ala más a la izquierda del PSOE. Y el lema del congreso que arranca hoy en Madrid ahonda aún más en ese viraje estratégico del discurso de Pedro Sánchez: «Somos la izquierda».