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Problema para Podemos; problema en la Generalitat

La decisión de Montiel de abandonar el liderazgo de los morados en la Comunidad llena de incertidumbre el gobierno valenciano

Problema para Podemos; problema en la Generalitat

La decisión de Antonio Montiel de dejar el mando de la cúpula de Podemos ha terminado por dinamitar el proceso que conduce al llamado «Vistalegre Valenciano», la asamblea que se celebrará el 14 de mayo como segunda vuelta en clave local del pulso que mantuvieron en Madrid los afines a Íñigo Errejón y los partidarios de Pablo Iglesias. La renuncia del hasta aquí síndic podemita en las Cortes alimenta dudas sobre la estabilidad del Consell -un gobierno de coalición entre los socialistas y Compromís que Podemos respalda como socio parlamentario- y revela la enorme fractura interna morada, que en la Comunidad, a diferencia de lo que ocurre en otras zonas de España, tiene en la coalición de Mónica Oltra un competidor directo en la pugna por el espacio de la izquierda.

Lejos de la radicalidad de los sectores de Podemos ligados a Pablo Iglesias o a los colectivos anticapitalistas, el papel de Antonio Montiel era apreciado en el Consell por su talante negociador y su capacidad para llegar a acuerdos como ocurrió en el último presupuesto cuando encontró una salida con el conseller Vicent Soler. Montiel es un dirigente dialogante que tiene buena sintonía con los socialistas y ciertas afinidades con los dirigentes de Compromís. Su decisión de abandonar el liderazgo de Podemos llena de incertidumbre la relación de los morados con el gobierno del Botànic. Los críticos son partidarios de apretar las tuercas al gobierno de Ximo Puig y Mónica Oltra, una pretensión que durante esta primera mitad de legislatura Montiel ha ido aplacando. Ahora se abre una gran incógnita sobre el papel que jugaran los podemitas en función del lado hacia el que se acabe decantando el mando del partido.

El síndic de Podemos en las Cortes aseguró ayer que seguirá con su escaño pero dejó en el aire si se mantendrá al frente del grupo. Esa será una decisión que tendrá que tomar la nueva cúpula de la formación una vez que se resuelva la pugna por el mando del partido, fracturado, caótico, con una estructura débil y convertido en una auténtica bomba de relojería . En principio, el paso atrás de Montiel y también de Sandra Mínguez -antigua secretaria de Organización de Podemos y una de las referentes del sector crítico- podría apuntar a la posibilidad de negociar una candidatura única. El sector de Antonio Montiel tiene como principal alternativa a la diputada Fabiola Meco -una transición ordenada y continuísta- con Àngela Ballester como segunda opción aunque, desde luego, mucho más complicada.

Los críticos, sin embargo, parecen dispuestos a plantar cara para pasar a cuchillo a los errejonistas, en la misma línea que ya se produjo en Madrid. Hay dos incógnitas: si se unen los «pablistas» y los anticapitalistas para derrocar al sector de Montiel y la imagen de ese liderazgo alternativo. Hay grupos que proponen realizar unas primarias para despejar el nombre de la persona que debe asumirlo. Pablo Iglesias protagonizó un acto ayer en València junto al profesor Héctor Illueca y a la senadora alicantina Vicenta Jiménez. Pista fiable sobre las preferencias del «jefe».

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