La sede socialista de la calle Blanqueries de València ya está oficialmente en el mercado. Realmente lleva meses a la venta, incluso el PSPV se ha puesto en manos de una consultora especializada en inmuebles de este tipo, para tratar de amortiguar la penuria económica del partido y después de que el edificio junto a las Torres de Serranos quedara infrautilizado desde que ya hace casi dos años la mayoría de sus ocupantes pasaran a ocupar cargos en la Generalitat.La dirección reducida, el secretariado del partido, formada por once personas, ya ha autorizado formalmente la venta siempre que se encuentre comprador por 4,5 millones de euros. El miércoles, el secretario de Organización, Alfred Boix, volvió a informar de le precaria situación de las cuentas socialistas y de la necesidad de tomar medidas. Ahora debe ser la ejecutiva en pleno la que apruebe la decisión, a la que la dirección de Ferraz, hoy gestora, tiene que dar el visto bueno porque es la que tiene los poderes. El precio de partida para la venta del inmueble es de unos cinco millones, pero se cerraría por 4,5 según las fuentes y los socialistas aspiran a quitar lastre a sus cuentas con una venta que desahogue la gestión diaria. «Somos un partido que se dedica a mantener una sede y así no podemos seguir», aseguró ayer Boix a este diario. INFORMACIÓN ya informó semanas atrás de que desde la dirección socialista se daba prioridad a la oferta que garantice un cobro seguro y rápido, y que se busca ya un local más modesto, próximo a la estación del Norte de Valencia para ocuparlo en régimen de alquiler.En el partido no se atreven a poner fecha para la venta, aunque confían en que no se demore una vez la dirección ha decidido ya que se negocie una transacción.Los números rojos atan de pies y manos al PSPV. Los socialistas valencianos adeudan en la actualidad unos 8,8 millones de euros, una situación insostenible para una formación que ha visto menguar también su número de afiliados. Cuando la actual dirección que lidera Ximo Puig se hizo con el control del partido, tras el congreso de marzo de 2012 en Alicante, la deuda rondaba los diez millones de euros, por lo que se ha visto rebajada, aunque no lo suficiente para que las finanzas del partido resulten holgadas. Uno de los elementos que más ayudaron en el pasado a disparar la deuda socialista fue, paradójicamente, la corrupción. Los gastos por la personación en los numerosos casos de la era popular acabaron por convertir al PSPV en un damnificado de forma colateral de esa misma corrupción popular que acabó por facilitar su llegada al Consell.