El desinterés por el congreso regional asambleario con el que Isabel Bonig quiere ratificar su liderazgo al frente del PP ha dejado al descubierto lo que, desde hace tiempo, era un secreto a voces: la irrealidad de los censos de los populares y la confirmación de que los listados de militantes están «hinchados» al máximo. De acuerdo con los datos que maneja la dirección provincial del PP y a la espera de que el Comité Organizador del Congreso (COC) haga públicos hoy los números oficiales, sólo 3.000 de los 75.000 afiliados que el PP de Alicante declara tener -un volumen que le convierte en la segunda organización territorial de España sólo por detrás de Madrid- se han «apuntado» a participar en el cónclave. Bien en la votación del 13 de marzo para elegir al presidente regional entre las candidaturas de la citada Bonig y de José Luis Bayo; bien en los trabajos que se desarrollen durante el propio congreso.

Aunque la cúpula popular tilda los datos de razonables, lo cierto es que los porcentajes son paupérrimos: el volumen de militantes inscritos para participar en el proceso no llega ni al 5%. La dirección del PP era consciente de que este escenario se podría producir y ha apretado el acelerador en los últimos días para conseguir una participación digna en un sistema muy novedoso. En su momento, con la pugna entre Joaquín Ripoll y Francisco Camps por el control del PP, el volumen de afiliación se disparó hasta el infinito y más allá. Era la fórmula de ganar músculo en Alicante para hacer frente a Valencia. Se multiplicó el número de gente que figuraba en los censos de los populares pero sin ningún tipo de control ni tampoco con la obligación de pagar cuota alguna. De alguna manera, el sistema elegido por Isabel Bonig para abrir la participación en el congreso supone un primer recuento de la militancia real del Partido Popular.

Los algo más de tres mil afiliados alicantinos que tendrán derecho a voto el 13 de marzo para elegir al presidente regional del PP y que luego, en un 80%, también han ratificado su asistencia al congreso que se celebrará en Valencia durante el primer fin de semana del mes de abril, han tenido que abonar una cuota de 25 euros. En el conjunto de la Comunidad, el total de participantes, aunque hoy se harán públicos los datos oficiales, alcanzaría unos 7.000 militantes apuntados, una cantidad también inferior al 5% del listado oficial de afiliados que, según Génova, en la Comunidad llega a unas 150.000 personas. En Valencia -con una cuota de unos 10 euros, muy inferior a la del PP de Alicante- se ha inscrito un número parecido de gente mientras que en Castellón ese volumen de afiliados superaría los mil, según estas fuentes.

La dirección provincial, sin embargo y a pesar de esa evidente indiferencia de los militantes del PP con este modelo, avala los resultados. Alega que se trata de un sistema nuevo dentro de una formación a la que le cuesta asimilar los cambios. Consideran en el PP que los plazos han sido muy reducidos e, incluso, asumen que se puede haber producido una falta de información entre los militantes que al final también podría haber penalizado esa participación de afiliados. Los periodos marcados por Génova para ajustarse a las fechas del congreso, señalaron estas fuentes, eran cortos y además estaba la cuestión de que era necesario regularizar también el pago de las cuotas. Por eso, concluyeron desde la cúpula provincial, se considera «positivo» este sistema para movilizar a los militantes.