Isabel Bonig fue la primera en intervenir en la segunda sesión del congreso nacional del PP, que se celebra este fin de semana en Madrid y que ha elegido a Mariano Rajoy por cuarta vez como presidente del partido para defender las políticas de empleo, familia y, en una cuestión que llamó la atención entre los compromisarios especialmente de la ciudad de Alicante, la regulación de las medidas contra el maltrato animal. «Es como Marisol La Roja en Alicante», subrayó con sorna un miembro de la delegación alicantina tirando de ironía sobre las competencias de la concejal de Guanyar. Así Bonig, como si fuera la polémica edil alicantina, defendió propuestas vinculadas a la regulación de la posesión de animales de compañía. Una intervención de Bonig que fue seguida por el conjunto de la delegación de la Comunidad y, especialmente por los alicantinos. En primera fila, por ejemplo, se sentaron el presidente provincial del PP, José Císcar; el titular de la Diputación, César Sánchez; y la coordinadora regional, la oriolana Eva Ortiz.

Otra de las enmiendas que sacó adelante el PP de la Comunidad y de Alicante fue la censura política de los pactos locales de izquierdas que han arrebatado decenas de alcaldías a los populres, con Benissa como último escenario. Los populares aprobaron promover la elección directa de alcaldes. Es decir, que el primer edil sea el cabeza de la lista más votada. Como el PP no tiene mayoría para cambiar esa norma, la propuesta es, de facto, un ataque contra los movimientos de la izquierda para restarles poder.