Las ayudas a dedo incluidas en el presupuesto de la Diputación para el año 2017 -y que representan un 17% del total de subvenciones para los municipios- han sufrido un bocado de 50.000 euros en la partida destinada a la restauración ambiental y paisajística de la Granadella, uno de los parajes costeros más emblemáticos de la provincia de Alicante ubicado en Xàbia y que quedó afectado por el devastador incendio sufrido el pasado mes de septiembre.

La subvención directa a la recuperación de la zona de la Granadella, que contaba con 300.000 euros, se redujo en 50.000 euros el mismo día en el que se debatieron los presupuestos de la Diputación para este año. La oposición conoció nada más llegar al pleno de diciembre donde se aprobaron las cuentas que el diputado no adscrito Fernando Sepulcre había presentado una enmienda, registrada solo minutos antes del inicio de la sesión plenaria, en la que se reducía la ayuda de 300.000 euros a la Granadella a 250.000 euros.

La enmienda contó con el respaldo del PP, algo esperable ya que fueron los populares los que llevaron a cabo el «reajuste» de los presupuestos para poder atender las peticiones que solicitaba Sepulcre en su texto, tal y como confirmaron distintas fuentes del Palacio Provincial a este diario. Entre otras cosas, el diputado tránsfuga apostaba por reducir en 50.000 euros las ayudas para la reforestación de la Granadella -localizada en término municipal de Xàbia, localidad que dirige el portavoz del PSPV en la Diputación, José Chulvi- así como mermar el presupuesto que se contemplaba para el parque tecnológico de Alcoy, otro municipio con alcalde y diputado socialista. La subvención a la Granadella es de las más altas de cuantas se contemplan en las ayudas nominativas para este año, incluso después del recorte.

El sablazo a la ayuda para regenerar el paraje arrasado por el fuego no encaja del todo bien con el autoproclamado gobierno provincial, abanderado por un presidente que ha llevado a cabo destacadas medidas para la reforestación de la provincia y que lideró personalmente un plan para plantar un millón de árboles en los municipios alicantinos. Otra cosa fue el fracaso del plan, al que solo se acogieron unas pocas localidades.

La enmienda a los presupuestos que llevó Sepulcre al pleno pasó prácticamente desapercibida al no haber debate sobre ella. Ni siquiera Chulvi ahondó en este punto, salvo el comentario que realizó para dejar caer que el texto que firmaba el tránsfuga tenía la misma estructura y tipografía que otro que presentó el PP. Preguntado ayer sobre por qué el PSPV no entró al debate sobre este punto el día en que se aprobaron los presupuestos, Chulvi explicó que la enmienda que llevó el diputado no adscrito les pilló por sorpresa y añadió que prefirió no monopolizar «un tema que me afecta como alcalde más que como portavoz socialista en la Diputación».

El tijeretazo a la subvención para reforestar la Granadella se produjo justo después de las negociaciones fallidas entre el PSPV y el PP para que la Diputación se acogiera al Fondo de Cooperación que promueve la Generalitat. Este fondo, que supondría que la institución provincial destinara 13,7 millones de los presupuestos de este año a los municipios alicantinos para que lo invirtieran en lo que consideraran más conveniente, fue rechazado por la Diputación al entender que no hay margen de maniobra para habilitar esa partida y que hay que cumplir con la regla del gasto.

Aunque en un principio el portavoz del PP, Carlos Castillo, no descartó una primera propuesta de Chulvi para sacar los 13,7 millones del remanente de tesorería, finalmente no hubo acuerdo entre los grupos y los presupuestos llegaron al pleno para su aprobación en medio de la discordia por el Fondo de Cooperación, rechazado por el equipo de gobierno, que aprobó las cuentas de 2017 junto a Sepulcre.