Nuevo veto de la Diputación a la vicepresidenta de la Generalitat y líder de Compromís, Mónica Oltra. César Sánchez anuló ayer por segunda vez una reunión con la número dos del Consell para abordar la deteriorada relación entre ambas instituciones y, especialmente, el reparto de papeles en la gestión de la política social, las competencias de la conselleria de Oltra. Después de que el titular de la institución provincial se colocara en su agenda dos plenos el mismo día que ambos habían acordado reunirse a mediados de diciembre, los equipos de la vicepresidenta y del dirigente del PP habían puesto encima de la mesa una nueva fecha -el 6 de febrero- para acabar con el silencio. Ayer, en medio de otra bronca y de un cruce de comunicados, la Diputación evitó de nuevo un «cara a cara» que ahora plantea que se retrase al 20 de febrero, pasado el congreso nacional del PP.

Un año y medio después de arrancar el mandato, los principales dirigentes de la institución provincial y de la Generalitat todavía no han mantenido ningún encuentro a dos bandas. Ni se ha celebrado la reunión entre César Sánchez y Ximo Puig ni tampoco la prevista con Oltra que, con este nuevo conflicto, ya se habría retrasado hasta en dos ocasiones. Tras quedar aplazada la entrevista de diciembre, los gabinetes de la Diputación y de la conselleria de Igualdad mantuvieron contactos para buscar hueco en las agendas. En un cruce de correos electrónicos que se data del 19 diciembre, como se recoge en el documento que acompaña a esta información, la vicepresidenta de la Generalitat confirmaba, de entre una terna de fechas propuestas por la Diputación, que ese nuevo encuentro se celebraría el próximo 6 de febrero a las 13 horas.

Poco antes del mediodía de ayer, la web de este periódico adelantó esa fecha que, posteriormente, la Generalitat confirmaría a través de una comunicación oficial. La vicepresidenta del Consell anunciaba su encuentro de hoy con el presidente de la Diputación de Castellón y líder del PP en esa provincia, Javier Moliner, y la convocatoria que había concertado con César Sánchez, el más crítico con la Generalitat de entre los dirigentes populares que mantienen mando en alguna institución. La intención del Consell es clara. Quiere poner sobre el tapete un plan de infraestructuras sociales -con la Diputación de Valencia,sin ir más lejos, ya está concertado- y lanzar un nuevo decreto de coordinación para ir atando en corto las prioridades de gasto de las diputaciones. Después de las normativas sobre turismo y deportes, ahora el objetivo es que la Diputación asuma y financie la política social en los municipios de menos de 10.000 habitantes mientras que la Generalitat asumiría el resto. Oltra estaba abierta, además, a escuchar la posición de César Sánchez, muy molesto por ejemplo con el Fondo de Cooperación.

Una hora después, sin embargo, la Diputación sugirió que la fecha anunciada por Oltra, contra lo que señalan los correos electrónicos, no estaba pactada en medio de una fuerte tensión política. A las tres y cinco de la tarde, el equipo de César Sánchez remitía un mail al de la vicepresidenta de la Generalitat proponiendo otro aplazamiento: el 20 de febrero. Veinte minutos después lanzaba un comunicado de prensa con ese día y con una agenda que incluye la reivindicación de la corporación provincial de que el Consell se haga cargo del Hogar Provincial o de las instalaciones psiquiátricas del Dr.Esquerdo además de la teleasistencia, unos 25 millones anuales con una deuda histórica de unos setenta. Al cierre de la edición, la vicepresidenta Oltra no había confirmado aún esa fecha. César Sánchez alarga así su incomunicación con el Consell.