La radiografía que la Sindicatura de Comptes hace de las Cámaras de Comercio de la Comunidad Valenciana en su último informe sobre las cuentas autonómicas refleja que su situación económica mejora pese al agujero de dos millones de euros que acumularon en el año 2015. Solo las pérdidas de la Cámara de Comercio de Alicante, que superaron el millón de euros, suponen el 50% de ese agujero total, si bien el informe del Síndic llega a la conclusión de que la etapa más negra de estas entidades ha pasado y que se observa «una cierta mejoría» al ser estas pérdidas menores que las de los últimos tres años.

La Cámara alicantina cerró 2015 con un saldo negativo de 1.031.000 euros, lo que equivale a su vez a casi un millón de euros menos en la casilla de los números rojos respecto a 2014, año en el que la suma de las pérdidas de todas las cámaras de la Comunidad -Alicante, Orihuela, Alcoy, Valencia y Castellón- llegó a alcanzar los 3,7 millones de euros. En este sentido, el informe del Síndic destaca que el agujero contable de las cinco instituciones -que gastaron en personal más de nueve millones de euros- ha experimentado un descenso del 45,7%.

En el caso de la Cámara de Alicante, la «cierta mejoría» a la que se refiere el Síndic puede corroborarse a día hoy con la previsión de las cuentas de la institución para 2017, que prevén unos ingresos de 4,8 millones de euros y sólo unas pérdidas de 38.700 euros, una «remontada» que reflejaría que lo peor ya ha pasado después del varapalo en los ingresos que sufrieron estas entidades en 2010 tras la supresión por ley de la cuota obligatoria que pagaban las empresas. No obstante, el Síndic recalca que el presupuesto de 2015 presentó un déficit inicial, por lo que insta a la entidad a elaborar unas cuentas más equilibradas entre ingresos y gastos así como a separar de forma más clara a través de subcuentas en sus balances qué ingresos llegan por lo público y qué parte por actividades privadas.

En su informe, la Sindicatura de Comptes recoge que el patrimonio de la Cámara alicantina es de 33,5 millones de euros -es propietaria del edificio que albergaba el antiguo hotel Palas-, aunque destaca que la auditoría sobre las cuentas advierte de que la resolución parcial del convenio suscrito entre esta institución y el Ayuntamiento de Ibi para gestionar diez naves industriales por un plazo determinado puede afectar al valor neto contable por el que están anotadas. Además, el Síndic también apremia a las cámaras a una mayor celeridad a la hora de presentar sus cuentas, siendo solamente la Cámara de Alcoy la única de la provincia que ha cumplido con los tiempos.

Los recursos públicos recibidos por estas entidades, según recoge el informe, fueron destinados de forma generalizada a actividades de los programas de formación profesional, promoción del uso del valenciano, planes de mejora empresarial, promoción de viveros de naves industriales, planes de innovación en el comercio o a la internacionalización de las empresas.

El Síndic también es claro respecto a la situación de la Cámara oriolana, que en el momento de la redacción del informe no había aprobado las cuentas. La Sindicatura destaca que la auditoría de la Intervención General de la Generalitat refleja «dudas significativas» sobre la capacidad de esta entidad para continuar como empresa por las pérdidas continuadas por falta de liquidez y el despido de todo el personal administrativo, a excepción del secretario general. El pasado octubre su presidente, Felix Cerdán, dimitió por la asfixia económica que arrastra la entidad, principalmente por la deuda de casi 400.000 euros del Ayuntamiento de Orihuela. Su dimisión propició que el empresario textil Mario Martínez asumiera el mando de la institución pocas semanas después para intentar reconducir su situación. La cámara oriolana tuvo el año pasado 204.670 euros en pérdidas.