¿Vale la pena una televisión pública como espacio de conflicto? ¿Un proyecto que empiece con los vicios de frentismo del pasado? Son las preguntas que se hacen en el entorno del jefe del Consell, Ximo Puig, donde en los últimos días observan con «decepción» los primeros pasos de la nueva RTVV.
Los mensajes que emanan de Presidencia de la Generalitat los últimos días contienen un poso oscuro, de desencanto con el desarrollo de los primeros trámites para la reactivación de una televisión y una radio públicas. «Si esto es solo al principio, qué puede pasar después», señalan fuentes del entorno de Puig, que añaden que si el proyecto «no se reconduce por la vía del consenso, convendrá replantearlo al completo».
La filosofía es que la televisión pública es necesaria para la Comunitat Valenciana el resto de autonomías con lengua propia la tienen y es importante para dar mayor visibilidad a los asuntos centrales de la «agenda valenciana», pero no a cualquier precio ni de cualquier manera. Así, no.
El mensaje supone un golpe de timón a la estrategia que ha acompañado las últimas semanas el desarrollo de la ley de RTVV y su puesta en práctica. Un proyecto que el Consell residenció en las Corts: fue una forma de desgubernamentalizarlo, pero también de pasar la patata caliente.
Así, la presentación de los candidatos al consejo rector se realizó 48 horas después de aprobarse la ley y el tripartito impuso la convocatoria de tres plenos en dos días antes de cerrar el periodo de sesiones de las Corts para aprobar al órgano de gobierno y comenzar la reconexión de RTVV.
Puig admitió ayer su decepción ante la «incapacidad» de los grupos para llegar a un acuerdo. Calificó el aplazamiento del proceso como un «fracaso». «Es una urgencia para la Comunitat Valenciana, no una para el Gobierno valenciano», dijo.
«Las decisiones se tienen que tomar de manera concertada. Creo en un proyecto de Radiotelevisió Valenciana, pero también creo que hay que actuar con madurez. Todo el mundo tiene que tener algún tipo de participación, pero no se tiene que pensar en RTVV como un campo de batalla», señaló el presidente en los pasillos de la Cámara.
