El conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, elevó ayer hasta los 19.300 millones de euros la infrafinanciación sufrida por la Comunidad Valenciana en los últimos catorce años, desde que se implantase en 2002 el modelo promovido por José María Aznar y Eduardo Zaplana. Soler reveló que, con las últimas cifras de la liquidación de 2014 trasladas por el Ministerio de Hacienda a la Generalitat, se evidencia que la Comunidad ha dejado de ingresar, por no tener la misma financiación que la media de las autonomías, unos 16.300 millones entre 2002 y 2016. Una cifra que, unida a los 3.000 millones de costes financieros estimados por la necesidad de endeudarse, eleva la carga a 19.300 millones.

En su intervención en la tercera jornada del foro Diàlegs d'Estiu, Soler intentó justificar el modelo implantado en 2009 por el socialista Rodríguez Zapatero y abogó por «romper» con la situación actual como única salida para que la Comunidad logre una correcta financiación. «Zapatero intentó hacer una mejora, pero otras comunidades no querían acabar con ese statu quo. Nosotros queremos romper con esa situación, partiendo de una lógica que piense en las funciones», explicó el conseller de Hacienda en presencia, entre otros, del alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y del diputado Julián López Milla.

Soler argumentó que el actual Consell apuesta por una financiación de las autonomías que «garantice por igual los servicios a todos los ciudadanos», con independencia de la comunidad autónoma en la que residan. Para ello, resaltó que el gobierno que lidera Ximo Puig seguirá buscando «aliados en el resto de España» para defender su postura ante el próximo ejecutivo central. Y es que, según Soler, el problema de infrafinanciación histórico que sufre la Comunidad Valenciana estaría resuelto a un 80% si se garantizase la igualdad de los servicios entre todos los españoles. «¿Por qué la lista de espera en Sanidad tiene que ser superior aquí que en Cantabria?», se preguntó en voz alta el titular de Hacienda en respuesta a una de las preguntas que le formularon, a viva voz, los asistentes. Respecto a un cambio integral del modelo de financiación, Soler admitió «no ser optimista»; eso sí, puntualizó: «Tampoco soy pesimista». Además, intentó desterrar la idea de que volver a la centralización de los servicios públicos mejoraría la situación que atraviesa hoy la Comunidad. «Es una reflexión que se plantea mucho, pero el régimen centralista también castigaba a la Comunidad», añadió Soler, quien apostó por que los ciudadanos controlen de cerca a los gobernantes. «Los servicios básicos, cuanto más cerca estén de los ciudadanos, mejor», resaltó el titular de Hacienda, poco después de apostar por una administración más «amable» con los ciudadanos. «Hay que conseguir que la administración no sea un monstruo, sino un animal de compañía», afirmó Soler en la sede de la UA.

Espada de Damocles

Y es que el conseller de Hacienda no sólo centró su intervención en la infrafinanciación, sino que también habló de la administración electrónica, momento que aprovechó para admitir que la tasa de reposición es una «espada de Damocles» que «impide» tener los «recursos suficientes» para mejorar el estado actual de la administración. «No puede ser que un papel tarde 15 días en subir de una planta a otra en una conselleria», resaltó en una crítica directa al legado del PP tras veinte años al frente de la Generalitat.

En esa misma línea, Soler puso el foco en el 64% de créditos de dudoso cobro que tenía el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) al inicio de la actual legislatura. «Queremos que el IVF tenga más fuerza, que complemente al sector privado de la banca para poder ayudar más a las pymes», agregó el titular de Hacienda, crítico también con el actual ejecutivo en funciones: «No entiendo por qué no ha luchado más con la UE» por la multa de 18,9 millones a la Generalitat por manipular el déficit.