El resultado economicopatrimonial acumulado de la Generalitat Valenciana desde el año 2002 hasta el 2014 desvela unas pérdidas astronómicas de 23.743 millones de euros, origen del colapso financiero que estrangula a un Consellcolapso financiero que el pasado viernes anunciaba nuevas pérdidas de 4.543,2 millones correspondientes al ejercicio 2015 tras provisionar deudas y compromisos del anterior Gobierno de Alberto Fabra por valor de 3.084,57 millones. Y las estadísticas, tan frías como irrefutables, señalan al último inquilino popular del Palau de la Generalitat como el principal responsable de una deuda que se ha disparado exponencialmente en el último lustro y que mantiene a la Comunidad Valenciana enganchada sin remedio al Fondo de Liquidez Autonómico (FLO).
El Consell disparó su deuda patrimonial en 18.962 millones durante los cuatro años de mandato de Alberto Fabra, un 80% del total acumulado por el ejecutivo valenciano desde el año 2002. El desplome de los ingresos derivados de la crisis económica y su ascenso a la presidencia de la Generalitat cuando ésta se encontraba a punto de incurrir en «default», justo tras la dimisión de Francisco Camps, están detrás de la pésima gestión que dibuja el balance de cuentas de la era Fabra. Números distorsionados por la política envenenada de grandes eventos heredada de los gobiernos de Camps, José Luis Olivas y Eduardo Zaplana, además de por la tan cacareada infrafinanciación económica.
Durante los últimos doce años del PP al frente de la Generalitat, los distintos gobiernos populares sólo lograron cerrar en positivo su balance economicopatrimonial en los años 2005 (613,8 millones) y 2006 (952,8 millones), ya con Camps como jefe del Ejecutivo. En los dos ejercicios anteriores, a caballo entre Zaplana y el propio Camps, las pérdidas apenas superaron los 200 millones, una ecuación que se repetiría posteriormente en 2007 y 2008.
Es a partir de 2009, con unas pérdidas cercanas a los 3.000 millones, cuando la Generalitat disparó los números negativos de unas cuentas que terminarían por explotar en manos de Fabra. Y es que pese a ser el único de los cuatro presidentes populares que aplicó el sentido común a las cuentas y ahondó en recortes en estos 12 años, disparó su deuda economicopatrimonial hasta hacerla insostenible.
Esta cuenta de resultados muestra por un lado la diferencia entre los ingresos y las ganancias registradas por la Generalitat en un ejercicio y, por otro, entre los gastos y las pérdidas.
