«Indignante». Así resumió el cabeza de lista del PSOE por Alicante para el 26J, Julián López Milla, la información que destapó este diario en su edición de ayer: que el exconseller Gerardo Camps alquiló un coche de lujo con dinero público en 2007 para ir a actos del PP en Madrid. Nada más tener conocimiento de la noticia, el candidato socialista exigió explicaciones al PP y emplazó tanto al presidente provincial del partido en Alicante, José Císcar, como a la presidenta regional, Isabel Bonig, que fuercen la renuncia de Gerardo Camps de la lista popular. Dado que su nombre ya ha sido publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) junto al resto de la candidatura por Alicante, el PP ya no puede excluirle sin más de la carrera hacia el 26J. Sólo tendría una salida: presionarle para que sea él mismo el que decida dar el paso atrás. «Alicante se merece representantes dignos en el Congreso de los Diputados. Por eso el PP tendría que adoptar medidas para que Gerardo Camps no concurra a las elecciones». Así se postuló ayer López Milla, a la vez que instó tanto a Císcar como a Bonig «a dar la cara y decir en público que no le quieren en la candidatura de la provincia».

Tal y como ha venido informando este diario, la inclusión del exconseller en la candidatura popular obedece exclusivamente a Madrid. Es decir, a la dirección nacional del PP. Pese a las reticencias de las cúpulas provincial y regional, Génova optó por mantenerle en la candidatura pese a que su nombre aparece en la operación Taula y a que cargó más de medio millón de euros en facturas en restaurantes de lujo en los peores años de la crisis. «Lo que ha ocurrido es una metáfora sobre cómo usaba el PP el dinero. Sus dirigentes no reparaban en caprichos mientras pedían austeridad a los demás», agregó López Milla.

El último episodio conocido fue el que desveló ayer INFORMACIÓN. Cuando era conseller de Economía en la etapa de Francisco Camps, Gerardo Camps alquiló un coche de lujo con chófer privado que pagó con dinero público para, entre otros aspectos, participar en actos de su partido en Madrid. Su Conselleria le contrató un Audi A6 durante cuatro días. Dos de ellos los pasó en reuniones en la sede del PP pese a que el coche se había abonado con cargo al Consell; y otra, al menos en parte, a pesar de que también se pagó la cuota diaria del vehículo, que tuvo un coste total de arrendamiento próximo a los 1.100 euros. «Gerardo Camps tendrá que explicar por qué usó otro vehículo con conductor privado mientras tenía el coche oficial y el chófer en Valencia; quién se subió a ese turismo de lujo y dónde fueron; y quién lo utilizó cuando él se volvió a Valencia. De esta forma entenderíamos el "Gerardazo"», apostilló el dirigente del PSPV en alusión a su inclusión en la candidatura. Por último, consideró como «una tomadura de pelo» la justificación que hizo el exconseller, quien dijo que alquiló el vehículo para actos institucionales siempre que fuera más económico.

El portavoz adjunto del grupo socialista en las Cortes, José Muñoz, se postuló en términos similares. «El conseller "Gourmet" fue capaz de gastarse más de 1.000 euros en solo cuatro días para tener a su disposición un coche de lujo con todas las comodidades y conductor para utilizarlo en actos de partido. Todavía pretenderá que rectifiquemos y defendamos su actuación», afirmó el diputado del PSPV, al que Gerardo Camps ha denunciado en los tribunales para defender su honor.