El nuevo enfrentamiento entre la Diputación y el Consell, en esta ocasión a cuenta del plan de empleo municipal impulsado desde la Generalitat, cogió por sorpresa ayer a altos cargos en Valencia y Alicante. La corporación alicantina está dispuesta a colaborar en el proyecto, que podría alcanzar los 28 millones de euros entre ambas instituciones. Pero, sin embargo, continúan las discrepancias sobre las «formas» de abordar proyectos de gestión conjuntos que afectan a ambas administraciones y, sobre todo, por la falta de comunicación entre César Sánchez y Ximo Puig.

Desde la Generalitat sostienen que, en esta ocasión, las tres diputaciones, entre ellas las de Alicante, han estado informadas de la propuesta de lanzar un plan de empleo desde que se produjo una reunión el pasado 4 de marzo, como certifica la imagen que acompaña esta información. Al encuentro con la directora general de Empleo, Rocío Briones, asistió el diputado provincial Sebastián Cañadas. El único que mostró dudas sobre el proyecto fue el representante de Castellón. El mismo jueves, de nuevo, la directora general telefoneó a Cañadas. Le trasladó el proyecto anunciado por Ximo Puig en las Cortes. La Diputación mostró su interés aunque reconoció, en cualquier caso, que no dispone de una partida económica. Fuentes provinciales, sin embargo, aseguraron que la reunión de marzo fue imprecisa y sin detallar. Y que, además, la llamada de Briones al diputado Cañadas se produjo a la una y 23 minutos del mediodía, tres horas después de la intervención parlamentaria de Ximo Puig. Continúa una pugna absolutamente política.