La vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, atribuyó ayer al exconseller de Hacienda 122 «comilonas» en el mismo restaurante durante un año. Más allá de lo contentos que estarían los del restaurante, dijo, tildó de «vergüenza» que Camps autorizara 553.000 euros en dietas desde la conselleria que dirigía durante los años 2007 a 2011, los más duros de la crisis.

La vicepresidenta, que ya se ha referido en otras ocasiones a «la vida padre» de Gerardo Camps durante los peores años de la crisis, manifestó durante una rueda de prensa ayer en Alicante que el exalto cargo gastó «en sashimi de entrecot lo que debió ir a los colegios o a Sanidad», en referencia a las facturas que, como publicó este diario, recogen con detalle los menús de los comensales en las comidas que se cargaron a la sociedad pública Proyectos Temáticos de la Comunidad Valenciana, dependiente de Hacienda. Valoró estas comidas como «lujos prescindibles» de una media de 342 euros diarios. «Si querían esos gastos que los hubieran pagado de su dinero», añadió.

Sobre la intención de Camps de querellarse por las manifestaciones del pasado viernes en torno a este asunto, Oltra precisó que mantiene lo dicho. «¡Tengo mala suerte con los Camps, se quieren querellar conmigo!», ironizó. En este sentido manifestó que Gerardo Camps está en su derecho de emprender acciones legales donde considere así como de pedirle a su partido que le incluya de nuevo en las listas del PP, donde fue de número cuatro por Alicante en los últimos comicios.

Y es que un día antes Camps pidió en la junta regional del PP el apoyo de su partido para mantenerse en las listas. El exconseller reclamó la confianza de su formación en un momento delicado tras salir a la luz los excesos en comidas a costa de sociedades públicas y por aparecer en la investigación del «caso Taula».

Preguntada por el presidente de la Diputación, el popular César Sánchez, a quien Compromís anunció que denunciará ante el fiscal por votar en unas ayudas para accesos de Calp en terrenos expropiados a su suegra, Oltra le instó a leerse el Código de Buen Gobierno aprobado el viernes por el Consell «para diferenciar la línea entre la decencia y la indecencia» y cuestionó la legalidad de su voto, con el que se aprobó, con la ayuda de C's -que se abstuvo- la adjudicación.