Por el momento, la inercia y los llamados «vientos de cola» han podido más que la falta de iniciativa política y han permitido que la economía alicantina -y la española, en general- continúen creciendo a buen ritmo. Ahora bien, si la actual incertidumbre sobre la composición del futuro Gobierno se mantiene, la desconfianza podría comenzar a hacer mella y se frenaría la recuperación y, sobre todo, la creación de empleo. Así lo creen, al menos, la mayoría de los representantes empresariales de la provincia, que exigen a los políticos una mayor «altura de miras» para evitar que la situación se repita tras las próximas elecciones si, como apuntan todas las encuestas, el resultado vuelve a ser un parlamento completamente fragmentado.
«Hasta ahora se ha notado más bien poco, sobre todo porque el efecto más inmediato que puede tener la falta de Gobierno, que es la paralización de la obra pública, apenas ha influido porque el nivel de inversión ya era muy bajo», asegura el presidente en funciones de la patronal provincial Coepa, Francisco Gómez, quien se muestra convencido de que la repercusión hubiera sido mucho mayor «si esto nos llega a suceder en época de bonanza». En cualquier caso, también deja claro que «la incertidumbre no es buena» y que puede paralizar algunas decisiones de inversión, aunque no tiene constancia de ningún caso en la provincia.
En la misma línea, también el presidente del Círculo de Economía, Javier Fur, cree que un periodo de seis meses no es suficiente para frenar la tendencia «al alza que lleva la economía», y más cuando hay otros factores -los famosos «vientos de cola»- que contribuyen a su mantenimiento. «Venimos de una situación benigna, en la que ha bajado el precio del petróleo, hay un récord en la llegada de turistas y la financiación empieza a fluir. Y todo eso ha podido más que la desconfianza que se empieza a percibir entre los empresarios».
El tiempo influye más
De hecho, los propios responsables de los principales sectores económicos de la provincia también vinculan la evolución reciente de su negocio a otro tipo de factores antes que a la presencia de un Gobierno interino en la Moncloa. Así, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, José Antonio Pastor, destaca que las ventas del mercado nacional se han incrementado hasta un 10% durante los primeros meses del año, aunque lo vincula al éxito de los productos relacionados con determinadas franquicias de moda, como Star Wars o Frozen. Por el contrario, la presidenta de la Asociación Valenciana de Calzado, Marián Cano, atribuye al clima -en concreto, a las temperaturas anormalmente elevadas de enero y febrero- los pobres resultados del sector en España durante el arranque del año, tras las expectativas que había generado la excelente campaña navideña.
Igual de rotundo se muestra el presidente de la asociación hotelera de Benidorm (Hosbec), Toni Mayor: «Por suerte, el turismo está a salvo de la insolvencia política», asegura el dirigente empresarial, que espera «un verano de récord» para el sector y recuerda que, en la actualidad, «la política turística ya depende más de Valencia, que de Madrid».
Los fondos contienen el aliento
Tampoco en el siempre complicado negocio inmobiliario los efectos se han dejado sentir en exceso, según explica el presidente de la Asociación Provincial de Promotores, Antonio Fernández. «En el caso de los compradores extranjeros, que son los que están tirando del mercado, la falta de Gobierno no ha tenido la menor repercusión. Y en la demanda nacional lo que hemos notado es que la recuperación no se está produciendo al ritmo que preveíamos el pasado verano, pero tampoco retrocede», asegura el promotor. Eso sí, quienes han dejado muchas operaciones en suspenso son «los fondos de inversión y los "family office", que son mucho más sensibles a cualquier cambio», ya que se mueven por la rentabilidad pura y dura, y cualquier cambio legislativo les puede afectar.
El más pesimista, en este sentido, es el presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, quien defiende que la incertidumbre sobre el Gobierno ya ha supuesto «una pérdida de confianza» y se ha traducido en un «menor crecimiento económico». «Ya ha habido un perjuicio importante, las inversiones externas se han paralizado por completo», asegura el portavoz de las pymes.
Sin llegar a este extremo, lo que sí es cierto es que todos los consultados coinciden en que una prolongación excesiva de la situación actual sí que supondrá un problema para que la recuperación se consolide. «No nos podemos permitir el lujo de ser como Bélgica», señala Navarro, en referencia al periodo de más de un año y medio que este pequeño y dividido país pasó sin Ejecutivo central.
En esta misma línea, también el presidente de la Cámara de Comercio, José Enrique Garrigós, alerta de que un nuevo periodo de inactividad política puede conducir a «una ralentización del crecimiento» y a un «parón en las reformas que necesitamos para seguir manteniendo nuestro indicadores más importantes». Y es que, como explica el presidente de los jugueteros, José Antonio Pastor, «a priori para vender tus productos en Francia da igual si hay o no hay Gobierno. El problema es cuando la situación dura demasiado y los demás siguen avanzando y ganando competitividad y tú te quedas atrás».
Una campaña austera
De cara a las nuevas elecciones que, a día de hoy, se antojan inevitables, todos los consultados para este reportaje coinciden en exigir una mayor capacidad de diálogo a los partidos políticos y que dejen a un lado sus personalismos para pactar un Gobierno estable. «A partir de ahora será difícil que salga un Congreso con una mayoría clara de un único partido. Tendrán que aprender a dialogar», apunta el presidente del Círculo de Economía, que lamenta que no hayan sido capaces de llegar a un entendimiento en este tiempo.
Igualmente, los empresarios también reclaman que se olviden de los fastos habituales que acompañan a la contienda política y que «hagan una campaña austera, como corresponde a los tiempos», apunta el máximo responsable de Cepyme o reclama, también, el presidente de la Cámara. En cualquier caso, como aseguran el promotor Antonio Fernández, al menos estos meses han servido «para demostrar la madurez que hemos alcanzado como país, que nos permite seguir funcionando incluso en estas circunstancias tan extrañas». Una buena reflexión.
