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El Consell esquiva la guerra turística y tilda el plante de la Diputación como «puro teatro»

Presidencia mantiene abierta «la vía del diálogo» con la institución provincial

El Consell esquiva la guerra turística y tilda el plante de la Diputación como «puro teatro»

Sorprendido y decepcionado. Así se encontraba aún ayer el Consell de Ximo Puig sólo un día después de que la Diputación de Alicante rompiera con la Generalitat y decidiera abandonar el Consejo de Coordinación Turística. Tal y como informó este diario en su edición de ayer, el vicepresidente de la institución provincial, Carlos Castillo, y el diputado de Turismo, Eduardo Dolón, se levantaron de la mesa en la que debía sustanciarse la aprobación del Consejo. ¿Por qué? Porque entienden que no podían negociar nada debido a que desde la avenida de la Estación se han interpuesto recursos judiciales contra el decreto de la Generalitat que, «de facto», le otorga todo el poder en promoción turística.

El director del gabinete de Ximo Puig, Arcadi España, advirtió ayer a la institución provincial de que el Consell «no piensa» entrar en una guerra entre administraciones, aunque le lanzó un dardo envenenado: «Lo que hizo la Diputación de Alicante fue puro teatro». España se refirió de esta forma a la decisión de Castillo y Dolón de levantarse de la mesa antes de que pudiese sustanciarse un solo acuerdo. Y fue más allá: «Han creado un debate artificialmente. Nuestra intención no es imponer nada, sino regular, coordinar y poner orden donde antes no lo había».

El plante de los dos representantes de la corporación provincial no sólo sorprendió a los miembros del Consell presentes en el cónclave. También levantó ampollas entre los cuatro empresarios del sector turístico de la Costa Blanca que se desplazaron «ex profeso» a Valencia. «Nos han hecho perder el tiempo», espetaron.

Pese a la disparidad de criterios y el encontronazo entre la Generalitat y la Diputación, el Ejecutivo de Ximo Puig mantiene abierta «la vía del diálogo». «Por supuesto», subrayó el director del gabinete del presidente, a la vez que recalcó que evitarán cualquier confrontación con la Diputación de Alicante. «El PP se ha caracterizado durante los últimos años por construir su estrategia política basándose en el enfrentamiento con el único fin de sacar votos. Parece que no se da cuenta de que eso debilita a la Comunidad y a la provincia de Alicante», sostuvo el alto cargo del Ejecutivo valenciano.

Las desavenencias entre las dos administraciones por la política turística no han sido las únicas que han mantenido en los últimos meses. Los desencuentros se han ido sucediendo desde que el PP perdió la Presidencia de la Generalitat 20 años después, pero consiguió retener el poder en la avenida de la Estación gracias al apoyo de C's. Poco después de que César Sánchez se hiciera con el mando de la institución ya marcó distancias con Valencia. ¿Cómo? Autodenominando la Diputación como el «gobierno provincial».

Pero hay más. Otro enfrentamiento sonado se produjo cuando la Generalitat decidió excluir a la corporación por vez primera del Consejo de Administración del Puerto. Los «sueldazos» que se repartieron en la institución también provocaron un cisma entre las dos administraciones. Tanto, que el Consell anunció que promovería una reforma legal para que ningún político pudiera cobrar más que el presidente de la Generalitat. Y por último, la «Xarxa Llibres» también se convirtió en un foco de conflicto. La Diputación renegó en un principio de las ayudas para los libros de texto, pero terminó cediendo. Guerra tras guerra.

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