Las nuevas elecciones a las que se verá abocada España a raíz de la falta de acuerdo entre los principales partidos para formar gobierno van a terminar por bloquear los intentos de la ejecutiva que encabeza Isabel Bonig para abordar la crisis del PP en la Comunidad. El congreso extraordinario solicitado por los populares continúa sin fecha y quedará pospuesto casi con total seguridad, como apuntaron fuentes populares, a otoño, una vez pasen las vacaciones de verano y se empiece a despejar el nuevo panorama que salga de esa nueva cita con las urnas que, en principio, se celebrará el 26 de junio. La presidenta regional del PP compartió ayer una ruta por la Marina con su homólogo provincial, José Císcar, en la que cargó con dureza contra la gestión del Consell y dejó claro que su formación ya está preparada para enfrentarse a esos comicios, de los que culpó a los socialistas por rechazar una «gran coalición» para compartir el gobierno con los populares y así arrinconar a Podemos y C's.
Como se recordará, la Junta Directiva Regional del PP solicitó la celebración de un congreso extraordinario para darle la vuelta a un partido sin mando en las principales instituciones, con niveles de respaldo en las urnas de hace tres décadas y carcomido por los casos de corrupción. Bonig y los barones territoriales -entre ellos el propio José Císcar- querían adelantar el cónclave, sacarlo del calendario congresual del PP e introducir reformas de calado como la elección de todos los cargos a través de un procedimiento de primarias con la participación de todos los militantes. Pero, sin embargo, en estos momentos, Génova no parece estar por la labor de facilitar ese adelanto. La dirección nacional del PP está centrada en esos nuevos comicios y, como apuntaron fuentes populares, el congreso de los populares valencianos quedaría aplazado, como pronto, hasta otoño. Eso dejaría la convocatoria dentro del procedimiento ordinario y, por tanto, pendiente de lo que se decida en el cónclave nacional. Ese retraso limita el margen de maniobra de Isabel Bonig dedicada, por ahora, a «barrer» la casa del PP pero con poca capacidad para arrancar su nuevo proyecto.
Durante su visita a la Marina Baixa y Alta, Bonig lanzó duras críticas contra el gobierno de la Generalitat por el modelo de financiación -bloqueado a la sazón por Montoro en Madrid- y también por la posibilidad de que se acabe implantando una tasa turística. «El problema del Consell de Puig y Oltra es que ignora la realidad de nuestra tierra y propugnan cambiar el modelo productivo cuando contamos con una agricultura y un turismo que generan empleo y crean riqueza. El Consell debería defender e impulsar estos sectores en lugar de atacarlos con medidas que ponen en riesgo su actual crecimiento», dijo para apuntar, en todo caso, que el camino hacia un nuevo proceso electoral en el mes de junio parece inevitable. «El gran acuerdo de coalición que el PP ha propuesto desde diciembre parece que no va a llegar. Si el PSOE no quiere esa gran coalición iremos a elecciones, para que la gente conozca la realidad que ya conoce. En estos cuatro meses, la gente es consciente de lo que se ha producido y quien está planteando cosas serias y quién mareando la perdiz», aseveró Bonig. Los populares se enfrentan a unos comicios en los que, casi con total seguridad, repetirán sus listas. La única duda estriba en el posible relevo de Gerardo Camps, según admiten fuentes populares.
