El grupo popular y el diputado de Ciudadanos, Fernando Sepulcre, volvieron a ir ayer de la mano en el pleno de la Diputación para discrepar de los tres grupos de izquierda -PSOE, Compromís y EU- y desmarcarse de la propuesta de Esquerra Unida de ayudar a los ayuntamientos de la provincia en la retirada de símbolos franquistas. Los populares presentaron una enmienda a la totalidad de la iniciativa de EU para aprobar una partida de 50.000 euros, pero no sólo para la supresión de placas y simbología del franquismo, sino también de las alusivas a «cualquier régimen totalitario o tiránico» y las de los políticos condenados por casos de corrupción.
En una sesión marcada por el acuerdo para el reparto del Plan de Inversiones Sostenibles a los municipios, los momentos de mayor fricción se vivieron en el debate de este punto. La propuesta de EU considera «imprescindible» que la Diputación «dé un paso definitivo para cerrar las viejas heridas que aún hoy mantienen abiertas esos símbolos». Tras recordar que se han cumplido 37 años desde la aprobación de la Constitución, EU explica que con la Carta Magna «se pretendía dar carpetazo (aún inconcluso) al período de Dictadura de corte fascista impuesta ilegal, ilegítima y antidemocráticamente por Francisco Franco y los sectores que apoyaron al bando golpista».
Los términos de la propuesta leída por la portavoz de EU, Raquel Pérez, no gustaron al PP, cuyo diputado de Buen Gobierno, Adrián Ballester, se mostró dispuesto al cumplimiento de la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica, pero rechazó que se planteara en la corporación provincial «un debate sobre la guerra civil» y que se reabran «viejas heridas».
Ballester abogó por «despolitizar» la moción de EU e hizo extensiva la supresión de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas del franquismo a otros regímenes totalitarios y a los casos de políticos condenados por corrupción, tal y como abandera la conselleria de Transparencia.
El portavoz adjunto de Compromís, José Manuel Penalva, afeó a los populares su enmienda a la totalidad al entender que «quieren difuminar y salirse por la tangente en la condena del franquismo y la represión». En la misma línea, el diputado socialista David Portillo acusó al PP de «intentar diluir de manera torticera» el debate sobre la repulsa de la dictadura.
A la vista del cariz que tomó el debate, el presidente César Sánchez intervino para matizar que su propuesta recoge el espíritu de la de EU y lo amplía a otros regímenes totalitarios, al tiempo que subió el tono para reclamar respeto e impedir posibles asociaciones de los representantes populares con el franquismo y recalcar que detesta el régimen que implantó Franco «y cualquier otro que no sea democrático».
