Clima de distensión en el Palacio Provincial. El presidente de la Diputación, el popular César Sánchez, intentó ayer limar asperezas con el jefe del Consell, Ximo Puig, y le volvió a invitar, «sin acritud», a la sede de la corporación alicantina para desbloquear juntos diferentes asuntos de interés general. Tras una larga espiral de bloqueo e incomunicación entre la Diputación y la Generalitat, en la que Sánchez ha enviado dos cartas a Puig para pedirle cita, el dirigente popular ha optado por frenar la escalada de tensión y pedir «diálogo, consenso y respeto» entre ambas instituciones.

El titular de la Diputación aprovechó el pleno ordinario de abril para reiterar su invitación al jefe del Consell, dos días después de que el pasado lunes le pidiera una reunión por carta y a través del registro de la Generalitat para debatir hasta 14 temas «de vital importancia para los intereses de las personas que viven en esta provincia». Entre ellos, la zona franca del Puerto de Alicante, el apoyo a la Vuelta al Mundo a Vela o el impulso de la Institución Ferial Alicantina (IFA).

Sánchez recordó ayer que en septiembre ya le había remitido otra carta en el mismo sentido, aunque con una agenda menos amplia, y confió en que «el talante» de ambos dirigentes hará posible esa primera visita de Puig al Palacio Provincial 10 meses después de la toma de posesión del nuevo Consell del Botànic.

El titular de la Diputación invocó, incluso, el aval que presta la Constitución al «gobierno provincial» y emplazó a Puig a reunirse «para llegar a acuerdos y desbloquear temas importantes», entre los que también figuran los polémicos decretos de la Generalitat que intervienen las competencias de las diputaciones en materia turística y deportiva.

Eso sí, dentro del clima de «diálogo y consenso», Sánchez también pidió «respeto» para «vivir con normalidad» las diferencias que se plantean habitualmente entre fuerzas políticas de diferente signo.

Aunque la Generalitat se ha mostrado receptiva a mantener ese encuentro a dos, «la estrategia de confrontación» de Sánchez ha causado malestar en el Palau, donde se le ha acusado de hacer un «uso partidista» de las instituciones y de «arrogarse» la capacidad de representación de la provincia de Alicante.

El giro hacia la moderación imprimido ayer por Sánchez en su relación con Puig tuvo lugar después de que el portavoz de Compromís en la Diputación, Gerard Fullana, le preguntara si tenía la intención de alimentar la tensión entre Valencia y Alicante y de convertir la institución provincial «en un campo de batalla contra el Consell» para propiciar una «guerra autonómica».

Sánchez aprovechó que el pleno aprobó por unanimidad el Plan de Inversiones en los municipios para tender la mano a Puig, al tiempo que subrayó que ese acuerdo entre los cinco grupos de la institución es un mensaje a la sociedad del «papel necesario» que desempeñan las diputaciones «por anteponer los intereses generales a los de partido».