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Entrevista

Ximo Puig: «¿Enamorado de Oltra? Más que el primer día»

El president pregona el «giro social» del Consell

Ximo Puig: «¿Enamorado de Oltra? Más que el primer día»

De los 1.460 días de condena que le cayeron ha cumplido ya 266. ¿Cuántas veces al día tiene la tentación de huir corriendo?

Ni un día, ni un segundo. Ser presidente de la Generalitat te da la posibilidad de contribuir a cambiar la sociedad y la vida de los valencianos. Cada día que entro en el Palau me siento absolutamente honrado.

Algunos pensaban que su idilio con Mónica Oltra se deterioraría y parece que siguen tan enamorados como el primer día.

No, yo creo que más que el primer día. Los dos somos conscientes de la responsabilidad histórica que tenemos después de un cuarto de siglo de gobierno de la derecha que ha destrozado este país y nos ha dejado una hipoteca reputacional y económica insostenible.

Rajoy dijo sobre el caso del blanqueo que no conocía la situación del PP de Valencia, no tenía «ni idea» de lo que pasaba. ¿Diría que esta declaración es un insulto a la inteligencia?

Un insulto a la inteligencia y una falta de respeto grave a los ciudadanos. El señor Rajoy es el mismo que dijo cuando vino a Castellón hace años que el señor Carlos Fabra era un ciudadano ejemplar. Que dijo en la plaza de toros a Francisco Camps que estaría siempre delante, detrás y a su lado. El mismo que hace días dijo que Rita Barberá era de su absoluta confianza. Aquí hablamos de responsabilidades políticas. Las penales las evaluarán la justicia y las fuerzas de seguridad. Rajoy ha de asumir responsabilidades políticas. Después del SMS a Bárcenas, el señor Rajoy está incapacitado para liderar un partido democrático y decente. Y en la Comunidad Valenciana hace falta una reconversión de un partido que en el ámbito local ha sido una organización criminal.

De estar usted en la situación de Rajoy...

Yo hace tiempo que en esas circunstancias no sería presidente.

¿Habría echado del partido a Rita Barberá y los concejales?

El problema de Rajoy es que, ¿cómo va a tomar medidas de responsabilidad política si no las ha asumido en primera persona en el caso Bárcenas? Me sabe mal porque hay muchísimos valencianos conservadores honrados que no se merecen esa representación.

La causa Taula es una enmienda a la totalidad del juez, la Fiscalía y la UCO a la etapa popular por la corrupción. ¿Sólo al PP o también, con excepciones, a políticos, empresarios, jueces, fiscales, periodistas y ciudadanos que dieron cuatro mayorías absolutas al PP?

Es evidente que la responsabilidad no es la misma. Hubo un momento en el que se escenificó un imaginario colectivo que era una gran falacia, pero mucha gente soñó con ese espejismo. Todo el mundo ha de hacer autocrítica, también los partidos que estábamos en la oposición, pero poniendo a cada cual en su sitio. Es verdad que ha habido empresarios que han sostenido ilegalmente la financiación del PP, pero no todos lo han hecho. Y periodistas que han mirado a otro lado y muchos que no; unos fiscales han actuado y otros no. Haríamos mal en no analizar con perspectiva esta cuestión más allá de la casuística de los actores principales de estos episodios nefastos de nuestra historia.

La directiva del CD Acero, de Tercera División, denunció en la Fiscalía a algunos de sus jugadores por venderse. A ver cuándo un partido denuncia a su propia gente por corrupción.

Es un camino que hay que inaugurar. El PSPV y la izquierda en general probablemente no ha hecho las cosas del todo bien, de hecho el PP ha gobernado un cuarto de siglo por ejemplo en la capital, pero si algo hemos hecho bien, y eso ha diferenciado a la izquierda de la derecha, ha sido actuar contra los corruptos. En la etapa de Lerma hubo errores, pero fue éticamente irreprochable. Expulsó del gobierno y del partido al señor Blasco que ahora está en la prisión de Picassent, tras haber sido reclutado por el PP para intentar matar al PSPV.

Alberto Fabra ha hecho una gira mediática para reivindicar sus líneas rojas y decir que tenía razón. ¿Combatió de verdad la corrupción o traficó con información del caso Rus para ser candidato en vez de denunciar?

Mientras no se demuestre lo contrario, el señor Fabra es una persona honrada. Lo creo. Ahora bien, no actuó con la contundencia que era necesaria, que hacía falta. No sé si podía o no. Y en el caso Rus, obviamente no actuó como era necesario en ese momento. No lo hizo.

Y sabía de qué iba el asunto, lo conocía.

Todo el mundo a partir de que empiezan a salir informaciones sabe perfectamente de qué va. Y algunas personas muy vinculadas al presidente Fabra, si no él mismo, sabían perfectamente de esta cuestión. Entiendo las dificultades políticas y partidarias que tenía pero hay que tomar decisiones con coraje que hasta lo habrían podido llevar a perder la presidencia, pero habría sido una actitud muy positiva para la democracia valenciana.

Imelsa ha decidido enterrar su nombre para blanquear su reputación. Por esa regla de tres, la Generalitat o Valencia mismo deberían también rebautizarse.

No, la Generalitat es mucho más que los episodios de corrupción. La Comunidad tiene posibilidades enormes frenadas por la hipoteca reputacional y la económica. Hay multitud de empresas con gran potencial, somos la comunidad donde más ha crecido la exportación, pese a la falta de apoyo público.

Los focos mediáticos y políticos apuntan hacia la corrupción en vez de estar fiscalizando la labor del Consell. ¿Para usted es una suerte o una desgracia?

Una desgracia que estemos demasiado relacionados con esos episodios. Fruto del Pacte del Botànic hemos preparado la ley de función social de la vivienda, que incorpora el derecho de acceso a la vivienda. Hemos conseguido que los libros de texto sean gratuitos, acabar con el copago de la gente con menos recursos. Pero este giro social del cambio queda muchas veces fuera del foco, oculto. Hace poco estuve en la feria de turismo de Berlín y la agroalimentaria, dos sectores clave de nuestra economía. La primera pregunta de los periodistas alemanes estaba relacionada con Valencia y la corrupción. Nuestro relato es reparación, reconstrucción y renacimiento. Esa hipoteca reputacional daña mucho al problema de la financiación o también a la hora de reclamar más fondos europeos.

La sanidad universal, las ayudas a los libros de texto o la ley de vivienda, ¿son las medidas de las que más orgulloso se siente?

La más importante probablemente ha sido la universalización de la sanidad. Afecta a 35.000-40.000 personas, pero es una cuestión de decencia, una mirada clara y limpia para decir que todas las personas que viven en esta tierra tienen asegurado el derecho a la sanidad. No se hace distinción de raza ni de color, ni de religión y eso desde el punto de vista de la reparación de derechos, del rearme moral que necesita esta tierra, resulta fundamental.

En campaña todos, usted también, prometieron un plan de choque contra el paro. ¿Alguien se acuerda de que en el País Valencià hay 520.000 parados, el 21,5% de la población activa?

Para nosotros la gran prioridad es la lucha contra el paro, pero sabemos de nuestras limitaciones. La infrafinanciación y la herencia del despilfarro son un cóctel letal. Los incentivos a las empresas y reactivar sectores económicos son necesarios pero la Generalitat está muy limitada. En el presupuesto actual tenemos 88 euros menos por habitante en servicios públicos básicos. Multiplique por cinco millones. Son menos maestros, menos médicos... En infraestructuras o apoyo a sectores productivos tenemos 300 euros menos por habitante. Por eso en la hoja de ruta la prioridad es la batalla por la financiación. En abril haremos un pleno extraordinario del Consell para aprobar medidas para reactivar el empleo, con las limitaciones que tenemos. Hemos puesto en marcha la Agencia de la Innovación para cambiar el modelo productivo a largo plazo.

Con el problema catalán pendiente, ¿quién puede solucionar el déficit crónico de financiación que hace inviable la Generalitat?

El nuevo Gobierno y el Parlamento. No es posible que exista una asimetría tan injusta en el reparto de fondos. No es una cuestión partidista. Uno de los logros ha sido por primera vez unirnos los valencianos bajo un espacio común de reivindicación de la financiación, de lo que es justo y también en una propuesta de modelo de financiación para España. Como mínimo nos toca estar en la media, aunque en un reparto solidario sería más porque tenemos doce puntos menos de renta per cápita. Es evidente que ha habido en estos 10 años un problema que ha generado una deuda histórica. Que la llamen como quieran, pero hay al menos 16.000 millones que de alguna manera se tienen que resarcir a las arcas valencianas.

Si no hay Gobierno, no hay FLA extraordinario. ¿Qué pasará?

Esperemos que haya Gobierno. Lo que ha pasado es que a nosotros nos han dado como crédito lo que a otros han dado como financiación ordinaria. La propuesta mía y de Susana Díaz abre una vía para conseguir la deuda histórica. Que aquello que nos dieron vía crédito por la infrafinanciación sea condonado y forme parte de la financiación ordinaria. Se reduciría de forma clara el servicio de la deuda.

¿En qué ha quedado el compromiso de Rajoy de colaborar para que la Generalitat flete el barco de auxilio a los refugiados?

El Gobierno no puede mantener una actitud cínica, si de verdad es sincero su cambio de opinión ha de autorizar ya al Consell a fletar el barco de la esperanza. Demostraríamos a Europa que los valencianos y españoles somos solidarios. A través de la coordinación de la vicepresidenta se ha tejido una red de acogida. Acoger a mil personas entre cinco millones, ¡ya me dirá! Europa se construye desde la solidaridad, no se puede pervertir, no puede prostituir sus valores.

La incapacidad de afrontar el flujo migratorio, ¿es la constatación del fracaso definitivo de la UE más allá del mercado?

El fracaso definitivo no, pero es evidente que Europa está en una crisis de identidad enorme que afecta a sus valores. Europa sin sus valores de la ilustración, republicanos, deja de tener sentido. Hay una pulsión de populismos y nacionalismos que intentan desvertebrarla. Tantas veces que hemos criticado a Merkel por su política económica, que ha sido un gran error limitador del crecimiento europeo, ahora su gobierno de gran coalición ha sido solidario con los refugiados, mejor que el resto de países.

¿Ha pensado en retirar la bandera europea en señal de protesta y colocar una pirata?

No. El PP la retiró de las instituciones valencianas, nosotros la volvimos a izar. La que está aquí es la de los valores republicanos de libertad, igualdad y fraternidad. Si los gobiernos no cumplen el problema no es de la bandera sino de los gobiernos.

¿Cuál es su calendario para vaciar las diputaciones de contenido y desguazarlas?

Lo que queremos es que cumplan su papel constitucional de dar apoyo a los ayuntamientos y en las competencias que son de la Generalitat cooperar para ser más eficientes. Nacieron para descentralizar un país centralista en el XIX pero la Constitución del 78 aprobó una descentralización política. Justo aquí, en el Saló de Corts, cualquiera que venga ve que la Comunidad Valenciana existe de antes que existiera el autogobierno democrático valenciano. Por cierto, el año que viene se cumple el 600 aniversario de la Generalitat...

Ya hacía falta algún evento...

Sí. A partir de la Constitución que reconoce los pueblos, nacionalidades y regiones hay que reajustar las instituciones. No puede haber cuatro niveles, hay tres y uno que es de organizaciones intermedias, cuyo sentido es ayudar a los municipios a confluir en espacios comarcales a través de una factoría de servicios a los ayuntamientos.

A ver si va a costar más el entierro que la abuela.

No se trata de crear nuevas instituciones. España ha de caminar hacia la federalización y en cada territorio la administración que decida. Está bien que haya diputaciones en Andalucía o Castilla-León, pero aquí han de ayudar a la Generalitat y evitar el nefasto clientelismo. Hay que recordar que los tres presidentes de diputación de la época gloriosa del PP están donde están.

No sé si se acuerda pero había un partido que tenía la sede en la calle Blanquerías y se llamaba PSPV. ¿Sabe algo de su paradero?

El partido está trabajando ahora en una prioridad fundamental, en el ámbito institucional, gobernando la Generalitat, la diputación y casi la mitad de los ayuntamientos valencianos. Está muy volcado en la misión fundamental de un partido que es transformar la sociedad.

El otro día anunciaron que van a relanzar el partido, todo un reconocimiento de que está dormido y aletargado.

Está volcado en su responsabilidad institucional, pero es cierto que el partido ha de resituarse como tal en el nuevo panorama y ha de reactivarse, además pensando también en un medio plazo que tiene que ver con la orientación ideológica y conformación de estrategia.

Decían que lo querían relanzar como socialdemócrata y valencianista. ¿Como el Bloc o como aquel PSPV de antes de ser absorbido por el PSOE?

En las más de tres décadas que tiene el PSPV han cambiado mucho las cosas. Queremos un partido moderno, que adapte la socialdemocracia y el valencianismo al momento actual. Actualizarse como proyecto central de la sociedad valenciana. El Partit Socialista del País Valencià tiene vocación mayoritaria desde la diversidad.

Entonces, ¿no dan por perdida la Presidencia a manos de Mònica Oltra en 2019?

Ahora no es en absoluto mi preocupación, sino que el gobierno del Botànic alcance sus objetivos.

El principal candidato a sucederle de líder del PSPV es Jorge Rodríguez, presidente de la Diputación de Valencia, con quien ha tenido ya alguna diferencia.¿Lo normal no era que los herederos se peleaban cuando ya habían heredado?

Mi relación con Jorge es muy buena en lo personal e institucional, forma parte de mi decisión que él esté en la diputación, pero, además, lo que nunca haré es intentar mediocrizar mi entorno y los liderazgos institucionales para blindarme. Es absurdo y ridículo y nunca lo he hecho. Desde que soy secretario general, el proceso de innovación del partido ha llevado a ser los primeros en hacer las primarias abiertas universales, con simpatizantes, en las que más gente participó. Ha habido mucha renovación en el ámbito local. Quizás es de lo que más satisfecho estoy.

¿No ha hecho testamento político aún?

Que va, no tengo tiempo.

Usted tiene sensibilidad animalista, ¿prohibiría los toros?

Prohibir no me gusta, por definición, pero en cualquier caso soy partidario del respeto a los animales. Una de las cosas que más asco me dan son las personas que hacen deliberadamente daño a un animal. Cuando ves que un ser humano que tiene uso de razón se comporta como un salvaje... ¿Cómo se puede tener placer haciendo daño a un perro o a un gato? Y no quiero entrar en una cuestión más concreta como los toros que tienen un planteamiento cultural, entendido o no, pero que es evidente... Yo no estoy a favor de las prohibiciones, aunque tampoco del fomento.

¿Negaría ayudas a espectáculos con animales como los toros?

No veo razonable ayudar a espectáculos en los que hay un maltrato real a los animales. Ahora bien, es verdad que los toros en la cultura mediterránea tienen aspectos que hay que considerar. Y también quiero considerar a las personas que entienden que la fiesta de los toros tiene un valor cultural, desde el punto de vista de la dramaturgia, de lo que ha supuesto en nuestro imaginario colectivo. Lo que hay que garantizar es la seguridad animal y de las personas.

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