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Transparencia impulsará una red de alertas para detectar casos de corrupción

El departameto que dirige Manuel Alcaraz trabaja en un proyecto para cruzar registros y datos entre consellerias

Transparencia impulsará una red de alertas para detectar casos de corrupción

Mejor prevenir que curar. Así reza el refrán que la Conselleria de Transparencia quiere llevar hasta sus últimas consecuencias en materia de corrupción, en concreto, aquella que tiene su caldo de cultivo en las alcantarillas de la gestión administrativa. El departamento que dirige Manuel Alcaraz está trabajando ya en un ambicioso proyecto cuyo objetivo es implantar en la Generalitat un sistema de alertas rápidas que permita detectar prácticas corruptas en el día a día de la actividad administrativa. En concreto, se pondrá el foco en aquellos ámbitos donde se han producido en el pasado mayores irregularidades, como es el caso de la contratación y la gestión de personal.

El proyecto todavía está en fase embrionaria, pero la Conselleria planea que esté totalmente operativo al final de la legislatura. La idea con la que se trabaja es que, al final del proceso, el sistema permita avisar, gracias al cruce de datos y registros, del riesgo de una posible corruptela. Fuentes de la subsecretaría de Transparencia donde se está ya trabajando en el proyecto, explicaron que, por ejemplo, cruzar los datos sobre el registro de intereses de altos cargos y contratación, permitiría alertar sobre si existe una situación de incompatibilidad en el proceso adjudicatario. Cabe apuntar que en la Generalitat existen muchas cuestiones que escapan al control de los órganos internos, como la Inspección de Servicios o la Intervención General, porque desde el punto de vista tecnológico existe retraso en la automatización de los controles o en el cruce de registros. Las empresas licitadoras, por ejemplo, rellenan un cuestionario en el que declaran, por ejemplo, no tener deudas con Hacienda. Esta información no se comprueba.

Transparencia tiene previsto que su ambicioso proyecto pivote sobre la Inspección General de Servicios, un cuerpo de funcionarios cuya misión es velar por el buen funcionamiento interno de la administración y que en el reparto de consellerias cayó bajo su órbita. Como ya informó este diario, Alcaraz ha encargado ya a estos funcionarios la inspección de áreas de gestión como la caja fija o los contratos menores. Un asunto en el que el PP atisba un nuevo choque de competencias, ya que el control de estos asuntos recae en los interventores.

Con todo, el sistema de alertas rápidas es mucho más amplio, aunque en la Conselleria de Transparencia tienen claro que no será posible sin el concurso y la colaboración de los departamentos de Hacienda y Justicia, en concreto, el área de Función Pública.

El problema competencial

Está por ver si la «invasión» competencial generará o no roces con las consellerias citadas. Transparencia considera que los sistemas de control interno y externo (auditorías y fiscalización) siguen siendo insuficientes para prevenir la corrupción en las administraciones. «De lo que se trata es de establecer mecanismos de alerta rápida que impidan o dificulten que se den casos que después haya que investigar o condenar», indican las fuentes conocedoras del proyecto. Apuntan que las denuncias suelen activarse cuando el daño y está hecho, es decir, cuando el caso de corrupción está muy avanzado o es un hecho ya sin vuelta atrás.

Por lo pronto, Alcaraz está dedicando recursos y personal a trabajar en este proyecto. El punto de partida ha sido la revisión de los expedientes de investigación realizados en la Inspección General de Servicios en los últimos años. El plan de trabajo es proceder al vaciado de estos documentos para tener un registro claro sobre las irregularidades cometidas en su día. El objetivo es analizar, entre otros datos, el tipo de anomalía, fraude o malas prácticas y detectar las vulnerabilidades que permitieron las prácticas corruptas. Además, se especificará qué indicadores pueden servir de alerta en un futuro. Este trabajo de campo tiene como objetivo establecer las zonas de riesgo con el fin de «aprender en cabeza ajena», indican las citadas fuentes.

La Conselleria quiere mantener a lo largo de los próximos meses reuniones con especialistas, así como tener en cuenta experiencias exitosas en organismos de control en otros lugares. De ahí también, los contactos que ya se han establecido con Transparencia Internacional.

Por otro lado, la Conselleria de Transparencia admite que el sistema de alertas rápidas puede pecar de cierta mecanicidad ya que bucea de forma automática en los numerosos datos que genera la Generalitat. De ahí que considera que el sistema debe completarse con encuestas periódicas a funcionarios y proveedores para detectar casos de corrupción.

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