Pretendía ser una reunión de amigos, más que un acto protocolario, por la próxima jubilación del subdelegado del Gobierno en Alicante y no fallaron las previsiones del impulsor del homenaje a Alberto Martínez, su jefe de Gabinete, Agustín Palao. Más de 300 personas acudieron ayer al acto celebrado en el restaurante Maestral, entre ellas numerosos mandos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y de Defensa, así como empresarios, políticos, responsables de la Administración, de asociaciones de agricultores y cofradías de pescadores, el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Beteta, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ambos en funciones, como todos los cargos del Gobierno central. Alberto Martínez cumplirá los 70 años el próximo mes de marzo y se jubilará tras trabajar 50 años en diferentes áreas de la Administración. La ley le impide seguir como subdelegado del Gobierno, cargo que ha ocupado durante cuatro años, aunque hay otros puestos de trabajo en la Administración que sí puede ocupar, como el de delegado del Gobierno, «pero no en Valencia», como apuntó ayer en tono jocoso Agustín Palao,.

Ganas de seguir trabajando parece que no le faltan a Alberto Martínez. En su intervención leyó parte de una carta de reconocimiento que le ha enviado Eduardo Zaplana y dijo que durante décadas se ha dedicado a ayudar a crecer a este país para que fuese «más democrático y más justo», pero aseguró que no se marcha tranquilo por la situación actual en la que se encuentra Alicante y España.

En clara alusión a Podemos, el subdelegado se refirió a «las tensiones que algunos insensatos generan libremente para desestabilizarnos a todos» y mostró su inquietud porque «todo por lo que he luchado quede en manos de quienes carecen de sentido de Estado». Por ello, considera que quedan «muchas cosas por hacer» y ofrece su experiencia al servicio de la ciudadanía. Alberto Martínez insistió en que el acto de ayer no es ninguna despedida y destacó que «no puedo dejar Alicante desamparada ante la falta de referentes, de liderazgos, de falta de vocación de servicio a las personas».

Convivencia pacífica

Tras afirmar que no puede dar «la batalla por perdida», reclamó el apoyo de los asistentes para lograr que «la cordura, la convivencia pacífica y el imperio de la ley sea lo único que prevalezca sobre todas las cosas». Concluyó su intervención asegurando que «aún me queda mucho camino que recorrer».

Ante su ofrecimiento a seguir trabajando, García-Margallo le dijo que no se preocupara por el fufuro de España y recogió el guante de la propuesta de ser delegado del Gobierno pero le remitió al ministro Montoro. Tras estas palabras el ministro le entregó a Martínez la Encomienda de Número del Mérito Civil.

Dos momentos emotivos del acto fueron un vídeo con imágenes familiares del subdelegado y de su trabajo y la entrega de la Policía Nacional a Alberto Martínez de la bandera de España que ha ondeado en la Comisaría Provincial de Alicante durante la mayor parte de su mandato en la Subdelegación.