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De la Gürtel a la Taula

Siete años después del «caso Correa», Imelsa devuelve a Francisco Camps al «ojo del huracán»

La enorme presión política, judicial y mediática fuerzan la renuncia de Camps al frente de la Generalitat.

Justo seis años después del estallido del «caso Gürtel» que le costó su carrera política por el asunto de los trajes, la pesadilla judicial continúa ahora para el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, señalado por la investigación de la «operación Taula» como presunto «recaudador» de «mordidas» para diferentes cajas «B» del PP en la Comunidad entre 2003 y 2011. «Estoy completamente harto de las mentiras e insidias que se dicen sobre mí», se defendió Camps ayer desde un hotel de Valencia en respuesta al nuevo escándalo de corrupción que sacude los cimientos del PP a escala nacional en plena negociación para la formación de gobierno en España.

Este hartazgo del exjefe del Consell por su supuesta implicación en la financiación ilegal de los populares le rescata del anonimato en el que permanecía desde que el Supremo respaldara en abril de 2013 su absolución por cohecho impropio en el «caso de los trajes» por un jurado muy dividido -cinco votos frente a cuatro- en enero de 2012. Apenas medio año antes, en julio de 2011, la enorme presión política, judicial y mediática le habían obligado a renunciar a la Generalitat para impedir que su juicio coincidiera con la campaña electoral que llevó a Rajoy a La Moncloa.

Dos años, cuatro meses y un día aguardó el actual presidente en funciones del Gobierno a que cayera como «fruta madura» el dirigente que, pese al «escándalo Gürtel» y sus sonrojantes conversaciones con el «cabecilla» de la trama en la Comunidad, Álvaro Pérez «El Bigotes», reforzó la mayoría absoluta del PP en las Cortes en los comicios de 2011.

En esta cronología del desastre popular que liquidó políticamente a Camps, pero que también ha acabado por despojar al PP del enorme poder que atesoró en la Comunidad desde 1995. Todo comenzó el 6 de febrero de 2009. Ese día de invierno, el fantasma de la financiación ilegal de los populares tomaba cuerpo cuando funcionarios judiciales entraron en las oficinas de la Conselleria de Turismo y requisaron el expediente de adjudicación del pabellón de la Comunidad en Fitur a Orange Market, filial valenciana de la red Gürtel que dirigía desde Madrid Francisco Correa. La operación la dirigía por entonces otro antiguo ilustre de la escena pública española, el juez Baltasar Garzón, apartado de la carrera por el Supremo en febrero de 2012 por prevaricación durante la instrucción de este sumario.

Poco tardó en comenzar el tormentoso «via crucis» de Camps en esta historia de regalos, coimas, amistades peligrosas y mucho dinero «negro» moviéndose entre la Generalitat, el PP autonómico y las empresas de la trama corrupta. Cuando trascendieron las primeras conversaciones de Camps y «El Bigotes», el propio expresidente empezó a saber que su carrera política se despeñaba sin remedio. Así lo dejó entrever su lenguaje corporal en aquella amarga Romería de la Santa Faz en Alicante, 23 de abril de 2009, cuya imagen ilustra esta noticia. «Quería llamarte para decirte que te quiero un huevo», le decía el jefe del Consell a «El Bigotes» para agradecerle los regalos del socio de Correa a la familia de Camps. «Feliz Navidad, amiguito del alma», confraternizaba el presidente en otro pasaje.

La instrucción avanza al mismo ritmo que el escándalo y las cosas se complican aún más para Camps cuando trasciende en otra conversación grabada con autorización judicial que el jefe del Consell estaba al corriente de una operativa corrupta mediante la cual la cúpula del PP amparaba y organizaba la financiación ilegal del partido a través de firmas de la red Gürtel y con la participación de varias constructoras -Lubasa, Sedesa, Ortiz e Hijos, Facsa y Piaf, entre otras-. «Ése [Camps] lo sabe todo, Álvaro», le comentaba el vicesecretario regional de Organización del PP, David Serra, al hombre de Correa.

Frente al desmentido constante de los populares, la investigación de la Brigada de Blanqueo de Capitales de la policía judicial revela que la trama ilegal montó los principales actos del PP entre 2006 y 2008 con una doble contabilidad, en la que participaban las constructoras mediante el pago de facturas a Orange Market por servicios no prestados. Todo ello en paralelo a los múltiples contratos adjudicados a empresas de Gürtel desde el Consell, sobre todo en Turismo.

En mayo de 2010, el TSJ de Madrid remite al de Valencia la investigación de los posibles delitos electorales y la contratación irregular en la Generalitat por entender que están vinculados con el caso de los trajes de Camps. Después de seis años de investigación, el juez José Ceres procesó en diciembre de 2014 a la cúpula regional del PP, a excepción del presidente, y el primer juicio por la financiación ilegal de Gürtel comenzó en marzo pasado con la exconsellera Milagrosa Martínez en el banquillo.

Y ahora, la Taula. La paz empieza nunca.

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