El conseller de Hacienda, Vicent Soler, lanzó ayer una acusación de grueso calibre hacia el Ejecutivo de Rajoy que, según aseguró, ha cerrado el grifo de la ayuda financiera a la Generalitat. Soler, que compareció en rueda de prensa acompañado de dos de sus altos cargos, acusó al Ministerio de Hacienda de bloquear la inyección de 1.440 millones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) cuya llegada estaba comprometida para julio. En tono grave, el titular de Hacienda confesó que la Generalitat está en una «situación límite» y que habría problemas si el rescate no llega en octubre.

Sostuvo que el Gobierno actúa con «deslealtad» con el Consell de Puig por motivos estrictamente «partidistas», ya que sí que ingresó 2.200 millones de euros del FLA al Ejecutivo de Fabra antes de las elecciones. «Esto está repercutiendo en proveedores, en las empresas y en el conjunto de la ciudadanía», denunció y calificó esta actuación como un «atentado» contra la autonomía porque, apostilló, «no hay autonomía política sin autonomía financiera».

Según la versión de los responsables de Hacienda, el ministerio está dándoles largas, con lo que el margen de maniobra es reducido. De hecho, el Consell sólo dispone al mes de 200 millones para ir pagando a proveedores, un dinero que mes a mes se queda corto.

Junto a la denuncia política, Soler puso encima de la mesa un informe encargado a la Intervención de la Generalitat que pone cifras al lastre que el Ejecutivo popular dejó al nuevo Consell. Es una foto fija de las cuentas a 30 de junio de 2015, una liquidación anticipada que dibuja un panorama diferente al de las cuentas saneadas que defendió el exconseller y actual Delegado de Gobierno, Juan Carlos Moragues, antes de dar el testigo a Soler.

Así, certifica que en seis meses el Consell había ejecutado más del 80% del presupuesto y dejado una mochila de impagos de 4.100 millones.

Obligaciones pendientes de pago

En concreto, a mitad de ejercicio, había obligaciones pendientes de pago por 2.277 millones, y facturas en el cajón legal (registradas pero sin cobertura) por importe de 1.900 millones. No sólo eso, Soler elevó a 600 millones el agujero de facturas en los cajones, ya que a los 400 millones de gasto sanitario descubiertas al llegar, hay que añadir otros 200 millones sin contabilizar. La cifra, apostilló, puede variar porque «nos vamos encontrando facturas conforme abrimos los cajones».

El pozo sin fondo del sector público se evidencia en la carga asumida por la Generalitat en concepto de deuda o pagos a través del FLA a firmas públicas: más 4.300 millones, el 25 % del presupuesto, precisó la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando.

Soler denunció los ingresos «ficticios» por la venta de patrimonio (un 0,19%) o por las tasas (sólo se han cobrado 1. 444 millones de los 8.111 previstos). «Hemos de ser realistas», dijo el conseller y ese ejercicio de realismo admitió que el déficit en 2015 será como mínimo de 2,2 millones frente al 0,7 exigido.