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César Sánchez

«No permitiré que se ataquen los intereses de Alicante: ni a la Generalitat, ni a Madrid»

El dirigente de la institución provincial ofrece entrar en el gobierno a Ciudadanos y exige más diálogo a Puig

El nuevo presidente de la Diputación de Alicante, César Sánchez, en una imagen tomada el pasado jueves en las escaleras principales de acceso al Palacio Provincial. ISABEL RAMÓN

Ha heredado el mismo despacho que, en su momento, remodeló Joaquín Ripoll y que después ocupó Luisa Pastor. César Sánchez -«padre de familia de 36 años, sociólogo y alcalde de Calp», como se autodefine- trata de repetir esa jugada que durante muchos años le fue tan bien al PP en la Comunidad y vender su proyecto en la Diputación como si los populares no llevaran ya dos décadas instalados en el Palacio Provincial. «Quiero darle otro aire al despacho y que tenga más luz», confiesa antes de marcar el rumbo de su acción política. «Intento ponerle pasión a las cosas que hago en la vida, especialmente, en mi trabajo como responsable público. Intento no cerrar ningún día con la sensación de que es un tiempo perdido», asegura.

Empezamos con pasión. ¡Vaya arranque de mandato tan complicado ha tenido en la Diputación!

Nada es fácil. La política a veces tiene momentos de dificultad. Y lo que hay que hacer es superar las adversidades para pensar que cualquier sacrificio o esfuerzo vale la pena siempre que eso suponga una mejora en la sociedad.

Llegó al cargo un poco de rebote tras la renuncia de José Císcar, sin mayoría absoluta y pendiente de un acuerdo con el único diputado de Ciudadanos. ¿Hasta qué punto le condiciona ese escenario?

Estoy acostumbrado a gobernar en coalición. En Calp he estado dirigiendo el municipio de acuerdo con otros partidos. No es un condicionante. Creo que es una oportunidad para sumar otras formas de entender la política y otras formas de entender la toma de decisiones. Creo profundamente que el diálogo y la búsqueda de consenso debe ser una premisa constante en la vida pública. Adolfo Suárez es mi referencia política y, desde luego, el mejor ejemplo de cómo los acuerdos pueden construir una sociedad mejor.

¿Qué se ha encontrado en la Diputación de Alicante?

La Diputación ha trabajado mucho en los últimos años y ha hecho una muy buena labor, especialmente, con los municipios más pequeños de Alicante. Pero a partir de ahora vamos a centrar la acción política de la Diputación en ejes que van a ser novedosos. Desde el punto de vista social vamos a centrarnos en las rentas más bajas. En los que más lo necesitan. Y también en ayudar a la clase media, que siempre ha sido la gran olvidada por las políticas públicas.

¿No considera un grave problema negociar la estabilidad de la Diputación con dirigentes de C's que proceden del PP y con los que ustedes en su día se enfrentaron?

No. Tenemos muchos puntos en común. Las personas pueden, de forma voluntaria y en un momento concreto, abandonar la formación política en la que estaban para estar en otra con la que pueden considerarse más identificados. Desde luego, la relación con Fernando Sepulcre, Emigdio Tormo y Carolina Punset es cordial pero también de compromiso con la institución para darle estabilidad durante este mandato.

Los vaivenes del pacto, sin embargo, a estas alturas le han impedido nombrar los gerentes y ejecutivos en la mayoría de los organismos de la Diputación. ¿No cree que la institución está paralizada?

No los hemos nombrado porque los organismos aún no los hemos podido poner en marcha. En el próximo pleno se van a constituir. Y, a partir de ese momento, se iniciará la designación de los responsables. Nada tiene que ver con desacuerdos. Simplemente no ha sido posible. Y para nada hay parálisis. Apenas ha pasado un mes de la constitución de la Diputación con agosto en medio. Estamos ya en marcha...

No se traslada esa sensación...

Estamos trabajando en unos ejes que van a guiar la Diputación. Durante los próximos cuatro años estaremos muy pendientes del papel de Alicante en España. Vamos a centrarnos en la economía social de mercado. Pondremos en marcha mecanismos para generar más empleo. La protección del medio ambiente y de nuestro territorio va a ser una prioridad. Tenemos que trabajar en el buen gobierno con la transparencia y la modernización de la institución. Pero, sobre todo, estaremos muy pendientes de que ni una sola familia de esta provincia pase dificultades. Vamos a estar a su lado.

Si no tiene problemas con C's y si no hay parálisis, entiendo por tanto que designará ya mismo a los candidatos propuestos por los de Albert Rivera -se han barajado nombres como los de Manuel Bonilla o Belén González- para Suma o el Patronato de Turismo...

El pacto con Ciudadanos es buscar el máximo grado de consenso en los nombramientos de los organismos. Tenemos diálogo abierto con ellos y dará sus frutos en los próximos meses. No se trata de imposiciones. Buscamos acuerdos y a las mejores personas. Yo le puedo asegurar que seremos capaces hablando con Ciudadanos de consensuar los nombres más acertados para ocupar esos puestos directivos.

En este inicio de mandato, usted ha acuñado el término «gobierno provincial». ¿Es una nueva forma de entender la gestión de la Diputación o la bandera para plantar cara al nuevo Consell de izquierdas tras la derrota del PP?

Hay que dar pasos para cambiar las formas de hacer política. Con ese término lo que intentamos es que la Diputación represente a toda la provincia y también sus intereses. Desde luego vivimos un momento convulso en esta Comunidad con un Consell que nadie sabe muy bien lo que nos va a traer en el futuro. Y en esa línea debemos estar muy atentos porque los intereses de Alicante tienen que estar bien defendidos y nosotros, sin duda, vamos a estar al lado de todas esas cuestiones.

O sea que, en tanto que la Diputación es la principal institución bajo mando del PP, sí van a plantarle cara al nuevo Consell...

Le aseguro como presidente del gobierno provincial de Alicante que no voy a permitir que se menoscaben o se ataquen los intereses de ningún alicantino. Esté en frente el que esté en frente: el gobierno autonómico, el del Estado o Europa. Pongo un ejemplo: el agua. Estamos en una batalla con Castilla-La Mancha, que ha puesto un recurso contra el Tajo-Segura. Encontrará ese ejecutivo autonómico y la pasividad del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mucha firmeza del gobierno provincial en la defensa del agua que necesitamos para impulsar oportunidades y la economía de la provincia.

¿Va a convertir Alicante en el trampolín para intentar que el PP recupere el gobierno de la Generalitat dentro de cuatro años?

Será el voto de los ciudadanos. Estoy convencido de que las personas se darán cuenta de que este Consell de izquierdas ha frustrado muchas ilusiones a base de dosis de demagogia y populismo. Y por eso devolverán la confianza al PP, un partido serio, responsable y predecible.

¿Qué opina del debate abierto sobre el cierre o el mantenimiento de las diputaciones provinciales?

La Diputación es una institución muy importante para la vida política de una provincia. Es la más antigua de España con más de 200 años. Desde entonces se ha convertido en clave para la atención a los municipios. Permite y garantiza que las personas que viven en una localidad con 500 habitantes tengan las mismas oportunidades que el resto. Esa tarea la debemos garantizar. ¿Cambios? Siempre ¿Mejoras? Siempre. Pero eso no significa que todo lo que se ha hecho hasta ahora estuviera mal. Hay que adaptarlas a los nuevos tiempos. Quiero una Diputación que vertebre la provincia y con lealtad a España surgida del proceso de 1978.

Cuestiones concretas de este inicio de mandato: zona franca portuaria. Han quedado excluidos del Consejo del Puerto de Alicante. ¿Tiene usted un «plan b» para sacar este proyecto adelante?

Vamos a seguir trabajando con el estudio que hemos encargado a Ineca para ver el impacto que pueda generar la implantación de una gran zona logística de concentración empresarial y libre de impuestos en el Puerto de Alicante. Nos parece que es acertado. Y vamos a trabajar, si así lo acredita ese informe, con el objetivo de convertir la ciudad en una puerta de Europa para el comercio.

¿Trabajando con todos?

Estoy dispuesto a colaborar con el Ayuntamiento de Alicante y también con la Generalitat, aunque nos ha excluido del Consejo del Puerto. Es una falta de respeto a la Diputación. Me enteré por la prensa. Es algo que no entiendo y que no me esperaba del nuevo gobierno valenciano.

Su antecesora en la Diputación estaba en ese consejo y se pasó casi un año sin ir a las reuniones...

Le aseguro que cuando forme parte del consejo, y lo seré porque espero una rectificación del presidente de la Generalitat, no faltaré a ninguna reunión de ese organismo.

Propuesta del Consell para financiar una parte de los libros de texto escolares. ¿Por qué lo rechazó en un primer momento?

Estoy a favor de esas ayudas. Lo que no estoy de acuerdo es con las formas usadas por el Consell. No se puede caer en la improvisación y en las ocurrencias para un tema tan sensible. No se puede alimentar la incertidumbre y la precipitación que este asunto ha generado. Hay familias que se han acercado a sus municipios para informarse y nadie sabe qué decirles. Ni se nos ha llamado a nosotros ni tampoco a los ayuntamientos. Hay que practicar más el diálogo entre las administraciones. Nuestros recursos estarán al servicio de las familias que lo necesiten. Y no vamos a permitir que a nadie le falte por cubrir ninguna necesidad básica. Pero hay muchas cosas que aportar si nos hubieran convocado. ¿Por qué se habla sólo de libros de texto y no de otros temas como el comedor, el transporte, las escuelas infantiles hasta los tres años...? Y luego: hay que centrar las ayudas en las rentas medias y en las más bajas. Los impuestos de los que menos ganan no pueden servir para pagar esas ayudas educativas a los que más tienen. Estoy radicalmente en contra de eso.

El conseller de Educación, Vicent Marzà, se ha mostrado dispuesto a negociar. ¿Ya se ha producido algún contacto?

Ni me ha llamado el presidente Puig ni el conseller Marzà. Sí se ha puesto en contacto conmigo alguna persona del Gobierno valenciano. Vamos a ver si concretamos una reunión de trabajo en la que tienen que estar los municipios, las diputaciones y el Consell. Hay que hablar de todos los problemas de las familias desde el consenso que requiere una etapa en la que hay una gran diversidad de fuerzas políticas. Y nosotros desde la Diputación vamos a dar un paso más: he encargado al diputado de Bienestar Social un informe de los municipios de menos de 5.000 habitantes con la necesidad de consultorios médicos. Y le voy a proponer al presidente Ximo Puig un plan para completar ese mapa. Cada localidad cedería el suelo y la construcción la pagaríamos a medias entre la Diputación y la Generalitat. No es una competencia nuestra pero estamos dispuestos a colaborar.

Sueldos, asesores, dedicaciones... Los portavoces de todos los grupos de la Diputación ya han mantenido una primera reunión. ¿Por dónde puede ir ese pacto?

Hace un mes hubo un acuerdo. Ahora hay grupos políticos que han cambiado de opinión. Estoy dispuesto a abordar una rebaja del sueldo de los diputados provinciales fruto del acuerdo de los grupos políticos de la Diputación. Sí le adelanto que en el presupuesto provincial para 2016 habrá una rebaja de los sueldos. Siempre por consenso.

¿Puede cifrar la cuantía?

No quiero que cualquier cosa que yo diga se pueda entender como una imposición. Lo razonable es que se tome una decisión conjunta en el marco de la Junta de Portavoces.

¿Lo mismo podría ocurrir con un reparto de asesores y de dedicaciones más equitativo y acorde al peso de cada grupo político?

Proponemos un pacto por la calidad democrática que contemple una solución integral. Y que se pueda extender a toda la provincia para el reparto de asesores y también de las dedicaciones exclusivas.

Tendrá que empezar por revisar que C's, su socio de gobierno, con un único diputado provincial pueda nombrar hasta 6 asesores...

Ciudadanos, que yo sepa, tiene nombrados dos asesores...

Los mismos que el grupo socialista con once diputados. Y además podrá nombrar otros cuatro cargos de confianza en las agencias comarcales de la Diputación...

Ciudadanos es un partido que facilita la estabilidad a la institución provincial. Y tengo la esperanza de que Fernando Sepulcre, a lo largo de los próximos meses, pueda incorporarse al equipo de gobierno. La invitación la tiene ya encima de la mesa. Y creo que sería muy positivo.

¿Después de las elecciones generales? ¿Ese resultado marcará los acuerdos en la Diputación?

Está invitado desde hoy mismo. Es una decisión que debe tomar Fernando Sepulcre de forma conjunta con la dirección de su partido. Es una persona válida, coherente y muy sensata. Desde luego tiene mucho que aportar a esta institución y también al gobierno provincial.

¿Un cambio en Madrid y el papel que pudiera jugar C's afectaría a la estabilidad de la institución?

Tenemos un pacto para los cuatro años de mandato. Y se respetará.

¿Y no sería mejor en lugar de ceder a la presión de un único diputado de C's buscar consensos con el resto de los grupos políticos?

Me comprometo a buscar el diálogo y el máximo consenso con todos los grupos en la toma de decisiones a través de la Junta de Portavoces. No vamos a excluir absolutamente a nadie. Quiero que sean partícipes e, insisto, que haya acuerdos. En época de Adolfo Suárez había una enorme diversidad política, lo mismo que ocurre en esta Segunda Transición que estamos viviendo en estos momentos en España. Ese espíritu debe estar presente, en mi opinión, en todas las instituciones.

Hablando de pactos. ¿Va a incluír de una vez criterios de necesidad y prioridad en las obras de la Diputación alejados del reparto «a la carta» que, hasta ahora, trazaban el PP junto a los socialistas?

Vamos a dar prioridad a los municipios pequeños y, por supuesto, se va a estudiar la necesidad de cada una de las obras que se planteen. Y se va a realizar ese reparto en función, insisto, de los ejes que van a marcar la gestión de la Diputación: economía social de mercado, sostenibilidad de las inversiones, ofrecer servicios para atender a las rentas más bajas y a la clase media y poner en marcha mecanismos de buen gobierno para la gestión pública.

Cita usted medidas de buen gobierno. ¿Cómo piensa combatir desde la Diputación la corrupción después de una etapa con una avalancha de casos judiciales que han afectado especialmente al PP?

La participación de los ciudadanos, en mi opinión, debe ser esencial. El uso del dinero público y las decisiones políticas unidas a ese gasto deben tener un componente de participación que vaya más allá de votar cada cuatro años. Hay que tomar el pulso de manera constante a los municipios, a los concejales y a los propios ciudadanos para darles opinión en la toma de decisiones. Otro elemento, sin duda, debe ser la transparencia en toda nuestra labor. Vamos a preparar una web en la que todo el mundo tendrá acceso a las facturas de la Diputación, a los pliegos de condiciones de las adjudicaciones, a las actas con las deliberaciones de las mesas de contratación... Intentaremos abrir todas las ventanas de la institución para que los ciudadanos que quieran puedan conocer exactamente lo que se hace en el Palacio Provincial y que, al mismo tiempo, puedan opinar.

¿Qué debe hacer el PP en la Comunidad Valenciana para recuperarse tras la debacle del 24M?

Lo que estamos haciendo: estar en la calle con los ciudadanos, hablar con la gente y poner sobre la mesa un discurso sensato, coherente, con principios y valores. Tenemos una prioridad que debe pasar por «ensanchar» la clase media. La crisis económica que arrancó durante la etapa de Rodríguez Zapatero ha hecho que haya una distancia muy grande entre los que más tienen y los que pasan por más problemas. Tenemos que acortar esa diferencia.

Las próximas elecciones generales van a ser claves. Si el PP sale del gobierno de España, ese proyecto del que usted habla va a saltar por los aires de inmediato...

Son esenciales. Aunque queda mucho por hacer y hay mucha gente que todavía lo está pasando muy mal, tengo la esperanza de que las cosas empiezan a ir un poco mejor. Es el resultado de una política muy seria y muy responsable, que es la que ha desarrollado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

¿El ministro Margallo para liderar la lista del PP por Alicante?

García Margallo es para mí una referencia política y personal.

¿Abrir el PP a los ciudadanos significa también democratizar las decisiones que toma el partido: listas electorales, primarias...?

En los próximos congresos que el PP celebrará en la primavera, yo seré un firme defensor de la limitación de mandatos, las primarias para la elección de candidatos electorales y de las listas abiertas. El gran reto del PP es recuperar la centralidad política.

¿Y cree usted que le van a hacer caso? Falta todavía dentro de su partido mucha de esa «cultura» para aceptar esos cambios...

Creo que hay mucha gente joven dentro del PP que viene con una gran fuerza. Y nadie lo podrá parar.

¿Para cambiar todo eso desde dentro lo mejor es que usted aspirara a la presidencia provincial del PP en ese próximo congreso?

En estos momentos tenemos un presidente muy querido que es José Císcar. Tiene todo mi respeto. Si Císcar decide mañana volverse a presentar para dirigir el PP, desde luego, contará con todo mi respaldo. Tendría en mi persona su primer apoyo para repetir en el cargo.

¿Le daría su aval entonces?

El primero.

¿Usted, llegado el caso, daría un paso al frente si Císcar lo dejara?

Es algo que, en estos momentos, no contemplo. Soy alcalde de mi pueblo, presidente de la Diputación y padre de familia. Para cualquier cosa nueva que me suceda en la vida lo tengo que someter al criterio tanto de mi mujer como de mi hija.

Ya sabe que en el PP se han desatado las especulaciones sobre un distanciamiento entre usted y José Císcar. ¿Cuál es su relación?

En estos tiempos nuevos, las decisiones tienen que ser compartidas. Darle participación a cuanta más gente mejor. Tenemos que entender la política como equipos de trabajo. Y, en este sentido, José Císcar, presidente del PP; y César Sánchez, de la Diputación, forman un buen equipo de trabajo. El partido aporta ideas y la voz de los votantes. Y la Diputación intenta hacer lo que creemos bueno para poder mejorar las cosas.

¿Entonces Císcar le intenta controlar parte de las decisiones?

Tengo una autonomía total.

¿Apoyaría la marcha de Císcar a Madrid en las generales?

A mí no me corresponde decir nada de eso. Las decisiones que tome el PP yo no sólo las respeto sino que, además, también las defiendo.

Póngase plazos y metas. ¿Qué le gustaría encauzar en un año?

Un cambio de actitud de Ximo Puig para pasar a una relación de consenso y trabajo. Y, sobre todo, consolidar la mejora de la economía.

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