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Císcar entrega el control del PP a Dolón y se convierte en el gran apoyo de Bonig

El mandatario provincial cambia de arriba a abajo su ejecutiva, intenta dotarla de discurso político al tiempo que trata de reforzar a la capital integrando a ediles y hasta a exripollistas

La mesa con Isabel Bonig y José Císcar además de José Juan Zaplana y el máximo responsable de la Diputación de Alicante, César Sánchez, en la reunión de ayer. eric carpe

Cambio total y absoluto: de caras y también de discurso. De una tacada y con apenas unas horas de diferencia, el presidente provincial del PP, José Císcar, se «reinventó» con una nueva ejecutiva que tiene un año por delante hasta el próximo congreso con Eduardo Dolón, vicepresidente de la Diputación, como segundo con mando en plaza. Y, de paso, se convirtió en el principal sostén de la nueva líder de los populares valencianos, Isabel Bonig. Colocó a Eva Ortiz y José Juan Zaplana, dirigentes del núcleo de colaboradores más estrecho de Císcar, como números dos y tres del escalafón regional. Jugada redonda para Císcar que salió golpeado del batacazo electoral del 24-M pero, sobre todo, de la maniobra de Ciudadanos que le apartó de la batalla por la Diputación para acabar aupando a César Sánchez al Palacio Provincial.

Como ya avanzó este periódico, Císcar ha sometido a su dirección a un «lifting», obligado en parte por el varapalo en las urnas en parte por el ascenso de algunos de sus colaboradores a la cúpula diseñada por Bonig en Valencia. En la práctica y sin el refrendo de un congreso, Císcar intenta poner en marcha un segundo proyecto -puede que su último cartucho- una vez que la derrota ha terminado por hundir el que inicio hace ahora tres años. El nuevo organigrama provincial, bendecido ayer tarde por la propia Isabel Bonig durante la reunión de la ejecutiva alicantina, coloca a Eduardo Dolón como nuevo secretario general y relevo de José Juan Zaplana, hasta ahora jefe del «aparato» provincial. La elección de Dolón tiene parte de solución y, desde luego, parte de problema. Debe aprovechar su papel como vicepresidente de la Diputación para, a su vez, «ejercer» al frente del partido. Pero ese nombramiento de Dolón puede tener fecha de caducidad. Y a corto plazo.

En las filas del PP ya se ha empezado a hablar de contactos, aún informales, con Ciudadanos para recuperar la alcaldía de Torrevieja, de la que el nuevo número dos popular se vio apartado por un pentapartito. Ese escenario podría llevar a Císcar a tener que buscar otro secretario general en el plazo de seis meses. Pero, de momento, Dolón tendrá una oportunidad de oro para unir un poder institucional en el Palacio Provincial y un mando político en la sede del PP con el que, posiblemente, hace unos meses ni contaba. Junto al «fichaje» del número dos de César Sánchez en la Diputación, los objetivos de Císcar, ahora con los populares en la oposición en las grandes instituciones y necesitados de intentar minar a la izquierda, pasan por tratar de llenar el discurso del PP de contenido político con una vicesecretaría general para el crevillentino Rafa Candela, una de las caras nuevas, ya desveladas por este periódico, de la ejecutiva; al tiempo que mantener el discurso económico con una segunda vicesecretaría general para el diputado Juan de Dios Navarro, el único de Elche en el primer escalafón de mando del PP en una salida que supone certificar de facto el declive de Mercedes Alonso.

El mapa de las vicesecretarias sectoriales y del nuevo organigrama evidencia, a su vez, un movimiento de José Císcar para intentar dar aire a la ciudad de Alicante. Luis Barcala sigue como jefe jurídico; Carlos Castillo, portavoz en la Diputación, es responsable de Economía; la también edil Mari Carmen de España asume Comunicación; y, finalmente, la exconsellera Asunción Sánchez Zaplana se integra también en la acción política con otra vicesecretaría dedicada a la Política Social. En su intento de dar respiración asistida a la capital, el presidente provincial, por un lado, borra del mapa a los antiguos jefes del ripollismo provincial que aún resistían pero, por otro, integra a los de la capital con la incorporación de Lola Peña.

El nuevo escalafón también integra a alcaldes como Juan Bautista Roselló de Benissa, Juanfran Pérez de Finestrat, David Blanes de Benifato; e, incluso, a algún veterano como José Miguell Savall, hasta ahora director general de Universidades y que se hará cargo de una vicesecretaría de Transparencia después de participar como ponente en la convención «fantasma» celebrada la pasada semana. Pago a los servicios prestados. Císcar, además, refuerza su control del PP a través de la red comarcal y tiene un «gesto» con San Vicente tras la pugna con Luisa Pastor por la Diputación. Manos libres para diseñar una nueva ejecutiva que, además, dirige, en estos momentos, el principal apoyo de Bonig.

El ascenso de Eva Ortiz y José Juan Zaplana -cuyo puesto debería incluir a su vez su acomodo como portavoz adjunto en las Cortes- junto a la visita de Bonig a la sede provincial del PP, su primera salida como presidenta regional, convierten ahora mismo a los populares alicantinos en el sustento de la exconsellera. Elena Bastidas, de Alzira, acompañará a Zaplana en otra vicesecretaría. Además, el exconseller Luis Santamaría, en Ideas; Mari Carmen Contelles, en Organización; Héctor Folgado, en Política Territorial; María Ángeles Ramón-Llin, en Calidad Democrática; Jaume Bronchud, en Comunicación; y María José Catalá, en Política Social y como gesto de unidad para otra de las que aspiraba a liderar el PP, serán vicesecretarios sectoriales. César Sánchez tendrá un puesto a su medida: sin carga y cada vez con menos poder pero con valor simbólico en el PP. Será el presidente del comité de listas. Está por ver el papel que juega ese poder alicantino. El tiempo lo dirá.

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