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Las injerencias de Císcar en el pacto del PP y C's bloquean el arranque de la Diputación

El dirigente popular insta al nuevo presidente de la Diputación a nombrar a los directores del Patronato de Turismo y de Suma además de darle competencias al imputado Bernabé Cano, tres puntos innegociables para Ciudadanos

Una imagen de la negociación de Ciudadanos y PP

Una semana después de la elección de César Sánchez como presidente de la Diputación, el arranque de la institución continúa bloqueado. Las injerencias del presidente provincial del PP, José Císcar, en un intento de modificar los términos del acuerdo con Ciudadanos para garantizar la elección de Sánchez en el Palacio Provincial han abierto una brecha que, de momento, paraliza el reparto de competencias y mantiene sin fecha de celebración el pleno de organización. Y todo ello con la Espada de Damocles sobre la cabeza del nuevo presidente: de convocar esa sesión plenaria por su cuenta y riesgo se encontrará en minoría y con el voto en contra de Ciudadanos. El panorama es tan complicado para el PP que, siete días después, César Sánchez sólo tiene nombrado un vicepresidente y áreas tan sensibles como Emergencias -ayer sin ir más lejos hubo incendio en Pedreguer- siguen sin mando.

El «pacto de Elda» firmado por César Sánchez con los negociadores de C's incluía, junto al documento de 38 puntos y la negativa a que el diputado Bernabé Cano tuviera competencias y sueldoBernabé Cano, que la formación de Albert Rivera nombraría las direcciones del Patronato de Turismo, Suma y de las tres principales patas culturales de la corporación: Adda, Marq e Instituto Juan Gil-Albert. Aunque económicamente no se trata de los departamentos con más presupuesto si son, desde luego, los de mayor proyección. C's quiere desvincular esas áreas del control político y darles otro perfil con profesionales de carrera. Pero, consumada la elección de César Sánchez con el voto del único diputado de C's, el líder provincial del PP, José Císcar, trasladó al nuevo presidente de la Diputación que, como mínimo y al margen del primer acuerdo, los populares debían gestionar la dirección de Turismo y de Suma, un puesto en el que proponen recolocar al exdiputado de Cultura, Juan Bautista Roselló; y levantar el veto a Cano.

Así se lo trasladaron desde la delegación del PP -en primera instancia Alejandro Morant y Ginés Lifante y después, en medio del bloqueo, el propio César Sánchez- a la de Ciudadanos, que rechazan de plano esa posibilidad. No piensan ceder al PP la dirección de ninguno de esos dos organismos. ¿Y Bernabé Cano? Es una «línea roja» infranqueable para Ciudadanos, que descarta ceder ni un milímetro. La idea de César Sánchez, atado a contactos telefónicos con Císcar permanentes en medio de las negociaciones, era convocar el primer pleno de la Diputación para el lunes o el martes de la próxima semana. Pero, en principio, todo continúa bloqueado. Ayer mismo, de hecho, César Sánchez reunió a los otros catorce diputados del PP en una larga comida -llegó hasta casi hasta la merienda- durante la que no desveló el reparto definitivo de las competencias del gobierno. Reconoció, en cualquier caso, que había «flecos» que todavía tenía que cerrar con C's y que, además, una vez concretado el acuerdo se tenía que crear una comisión de seguimiento del acuerdo.

A última hora de la tarde, no había solución. Ciudadanos no se moverá ni un ápice. Está dispuesta a tumbar todos los decretos de César Sánchez mientras no se cumplan los términos del acuerdo. No tienen prisa. El titular de la Diputación les ha pedido un poco más de tiempo pero, de no cumplir, sabe que la paralización puede llegar a septiembre.

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