Durante el discurso, Mónica Oltra se le saltaron las lágrimas cuando recordó «al gran ausente de hoy» y de su vida, su padre, fallecido hace dos años, a quien «le hubiera gustado estar» el 24 de mayo pasado. «Juntos habíamos soñado ese día muchas veces. Él me enseñó, junto a mi madre, que la vida vale la pena cuando uno se va de ella habiendo mejorado el mundo que le rodea», afirmó Mónica Oltra, quien añadió que también le enseñó que «consagrar la vida a los otros y generar felicidad era una trayectoria vital digna». «La suya lo fue. Espero que la mía al frente de las responsabilidades que me ha encargado el pueblo valenciano también lo sea», finalizó Oltra durante su intervención institucional. efe