El nuevo Consell de izquierda que comparten los socialistas y Compromís echará a andar hoy -durante toda la jornada se sucederá la toma de posesión de los miembros del Gobierno- con el encargo de atajar la corrupción y de imprimir el giro social al que Ximo Puig se comprometió durante su investidura como presidente de la Generalitat. Un Ejecutivo en el que, como anunció Puig, la líder de Compromís, Mónica Oltra, tendrá un papel clave y mando en plaza como coordinadora de toda el despliegue de la gestión. Ya hubo un gobierno de coalición de derechas en 1995 y este, con el tándem Puig-Oltra al frente, será el primero que estará formado por dos fuerzas de izquierda: socialistas y Compromís. Será el primero paritario de la historia. Y tendrá a cinco miembros elegidos por el PSPV y otros tantos a propuesta de la coalición que encabeza Mónica Oltra, que pondrá en exclusiva la cuota alicantina en el Consell. Una decisión que levantó ampollas y enfados dentro del socialismo provincial.

Los consellers alicantinos que pone Compromís -el profesor Manuel Alcaraz y Rafa Climent, hasta los últimos comicios alcalde de Muroconsellers alicantinos - serán los responsables, como avanzó este periódico, de relanzar dos de las políticas clave del Ejecutivo: la lucha contra la corrupción, una lacra que ha marcado las dos últimas legislaturas de la gestión del PP; y el cambio de modelo económico con la obligación de crear empleo. Alcaraz, una pieza fundamental en el resultado electoral de Compromís en la ciudad de Alicante, se hará cargo de la conselleria de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación. El departamento, de nuevo cuño y entre otras competencias, pondrá en marcha planes para acabar con la corrupción en la administración, un escenario que ha arrastrado a la Generalitat a su más grave crisis política en las más de tres décadas desde la recuperación del autogobierno en 1982. Alcaraz,en sus primeras declaraciones, precisamente, habló de la necesidad de abrir de par en par las puertas de la Generalitat después de veinte años con mando absoluto del PP.

Climent, por su parte, era el número dos por Alicante en la lista autonómica de Compromís y una propuesta del Bloc, el partido mayoritario de la coalición. Tendrá el reto de poner en marcha el cambio del modelo productivo, la reindustrialización y reactivar la ocupación. Fue alcalde de Muro desde 1999 durante cuatro mandatos, tres de ellos con mayoría absoluta. Y su gestión municipal ha dado la vuelta a España por aplicar la Economía del Bien Común del austriaco Cristian Felber, centrada en criterios sostenibles, dar participación a los trabajadores y el cooperativismo. Al margen de los dos consellers alicantinos, el eje vertebrador del Gobierno, como reconoció Puig durante su comparecencia en el Saló Gòtic del Palau de la Generalitat, será, precisamente, la líder de Compromís, Mónica Oltra. Como vicepresidenta estará al mando de la política social y de Igualdad además de convertirse, a su vez, en la cara del Consell como portavoz. Oltra llegó con Ximo Puig y siguió la comparecencia junto a los periodistas.

El gobierno, incluidos Puig y Oltra, tendrá diez miembros, uno más que el último Ejecutivo de Fabra aunque la izquierda se ha comprometido a reducir, en su conjunto, ampliamente la nómina de altos cargos. Cuatro han sido nombrados por el PSPV. El histórico Vicent Soler, en su día conseller con Joan Lerma y ligado a las tesis más valencianistas del partido, tendrá el reto de sanear las cuentas del Consell y asumirá Hacienda en detrimento del alicantino Julián López Milla. Ximo Puig se trae de Madrid a Carmen Montón, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE y diputada por Valencia, para Sanidad; y saca de las Cortes a María José Salvador, que se enteró del nombramiento ayer mismo por la mañana en medio de las tensiones ligadas a Compromís que retrasaron el cierre del Consell, tomará el mando de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio. Premio a una excelente labor parlamentaria. Ximo Puig, además, como avanzó este periódico, «fichó» a la fiscal Gabriela Bravo como independiente para Justicia. Bravo le había dicho «no» al ahora presidente de la Generalitat para ir en la candidatura autonómica pero ahora, sin embargo, sí ha aceptado la propuesta del Consell.

Junto a los citados Alcaraz, Climent y Oltra, la nómina de Compromís la completan, también como independiente y la única que no había salido en ninguna «quiniela», la nueva consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, valenciana que trabajaba hasta ahora en el ministerio en Madrid. Tuvo cargos de relevancia durante la época de Zapatero. La apadrina Carles Arnal, uno de los líderes del sector «verde» de la coalición. Y, finalmente, Vicent Marzà, en Educación, Investigación, Cultura y Deporte. Estará al frente de la conselleria que más tensiones ha generado durante la negociación tanto entre los socialistas y Compromís como dentro de la propia coalición de izquierdas.

Marzà, número uno de Compromís por Castellón, era la primera opción para ese departamento. Pero la paridad invitó a la coalición a sacar el nombre de la alicantina de Gràcia Jiménez. En ese punto se abrió una pugna por el puesto al poner encima de la mesa los socialistas la opción para Educación de Vicent Soler, que al final se ha hecho con Hacienda. Al decaer esa propuesta, Puig cedió ante el empuje del sector más nacionalista de Compromís para quedarse con Educación y asumir Sanidad para el PSPV, que gustaba más a Oltra. La oferta de los socialistas a Soler devolvió el puesto para un hombre y el debate volvió a la primera opción, que este periódico publicó hace una semana. Marzà, de 32 años y el más joven de un Consell que tiene una media de 48, es del mismo perfil que Gràcia Jiménez: es profesor, sindicalista del STE-PV y activista de Escola Valenciana. Todo ese movimiento obligó a Puig a recurrir a María José Salvador en Vivienda y Obras Públicas para cumplir con la paridad. En su breve intervención, Ximo Puig se mostró convencido de que, aunque el Ejecutivo se sustente en dos partidos, el gobierno trabajará «de forma cohesionada» y con «la máxima lealtad de sus miembros». El presidente de la Generalitat aseguró que se trata de un grupo «honesto» que tienen como único objetivo cambiar la situación en la que el PP deja la Comunidad Valenciana.