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Lío en Madrid con la proclamación de Puig

Anuncian que Montoro, el ministro que niega la financiación a la Comunidad, acudirá mañana a la toma de posesión del jefe del Consell

Lío en Madrid con la proclamación de Puig

El Gobierno central amagó ayer con un desafío en toda regla al nuevo Consell de Ximo Puig, pero terminó dando marcha atrás. A primera hora de la tarde, el Ejecutivo de Mariano Rajoy anunció que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sería el representante de Madrid en la proclamación de Puig como presidente. Pero a última hora de la tarde, ante el revuelo que se generó en la Comunidad, optó por recular y decidió que fuera el titular de Justicia, Rafael Catalá, el que se desplace a Valencia.

El lío comenzó pasadas las 17 horas. En ese momento, Madrid dio a conocer que Montoro acudiría a las Cortes y posteriormente al Palau para presenciar in situ la toma de posesión del líder socialista. Fue un desafío. ¿Por qué? Porque el máximo responsable de Hacienda se ha convertido en el blanco de las críticas del PSPV, Compromís y Esquerra Unida (EU) durante los últimos cuatro años. Su negativa a abordar la reforma del sistema de financiación autonómica y la discriminación que ha sufrido la Comunidad en el reparto de inversiones estatales desde que el PP llegó a La Moncloa le han valido todo tipo de críticas. Montoro es, y de largo, el ministro que más dardos recibió de las Cortes durante la pasada legislatura. Algunas incluso del PP. Pues bien, pese a todo ello, el Ejecutivo central confirmó que sería él quien iba a vivir en primera persona la proclamación del nuevo jefe del Consell, ratificado ayer en el cargo en el Boletín Oficial de las Cortes.

Montoro iba a pisar así la Cámara apenas tres días después de llevarse un buen rapapolvo del nuevo gobierno autonómico. Durante el debate de investidura de Puig, celebrado este pasado jueves, el ya presidente de la Generalitat apuntó directamente contra él. No le mentó de manera explícita, pero sí cargó con dureza contra la política económica que ha llevado a cabo durante la legislatura. «La Comunidad está exhausta de ofrendar glorias a España», zanjó, para acto seguido lanzar un aviso contundente. «Desde esta tribuna me comprometo a que, independientemente del partido que gobierne en Madrid, emprenderemos acciones legales si no lo conseguimos de forma negociada», proclamó, en referencia a la reforma del modelo de financiación autonómica. A día de hoy todavía está vigente el sistema que aprobó el Ejecutivo central en 2009 con Zapatero la Presidencia y que vencía en enero de 2014. Ese reparto priva a la Comunidad de 1.000 millones anuales que le corresponderían en función de su población que, sumados a la discriminación del modelo anterior, el de José María Aznar, han dejado a la Generalitat sin 13.000 millones que tendría que haber ingresado en la última década.

Mañana, por tanto, el ambiente iba a estar enrarecido en las Cortes. Sobre todo, porque las diferencias con Montoro van mucho más allá. Al margen del expolio, el ministro de Hacienda volvió a dar un tirón de orejas al Consell en vísperas de la investidura de Puig y amenazó con recortarle la financiación por su morosidad. Y es que el Ejecutivo autonómico paga a sus proveedores en un plazo medio de 92 días pese a que la ley le obliga a hacerlo en 30. Más del triple.

Pedro Sánchez y Zapatero

Ese aviso de Hacienda ha enervado los ánimos en las filas socialistas. Tanto, que el nuevo síndic del PSPV en las Cortes, Manuel Mata, le llamó «impresentable y maleducado» durante el debate de investidura del jueves. Desde Madrid justificaron la visita de Montoro asegurando que, junto a Hacienda, también es el máximo responsable de Administraciones Públicas. Sin embargo, tres horas después decidieron dar marcha atrás y optaron por enviar a Catalá. ¿Motivo? Problemas de agenda. Junto a él estarán el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; y el expresidente socialista Rodríguez Zapatero.

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