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Císcar se acerca a Ciudadanos

El aspirante del PP a la Diputación conversa con el líder provincial del partido de Rivera para rebajar la tensión

Varias imágenes del pleno de investidura de Ximo Puig, ayer en las Cortes Valencianas. FERNANDO BUSTAMANTE / EFE

José Císcar está tenso. Asustado. Sabe que necesita del respaldo del único diputado de Ciudadanos para completar el asalto y hacerse con el control de la Diputaciónhacerse con el control de la Diputación, el objetivo político que le permitiría colocarse en una posición de relevancia de cara a la renovación que se avecina dentro del PP. Al llegar el descanso para comer en la sesión de investidura de Ximo Puig, el presidente de los populares en Alicante se volvió hacia el banco de atrás y se encontró de cara con Emigdio Tormo, líder de Ciudadanos en Alicante y que se opone a avalar a Císcar. Fue una conversación breve en la que el líder provincial del PP se desvinculó de cualquier información para atacar a Tormo. Un paso para rebajar la temperatura e intentar negociar una solución pactada una vez que dentro de un par de semanas se empiezan a elegir a los nuevos diputados provinciales.

Císcar no sólo buscó ayer a Ciudadanos en las Cortes. El presidente del PP y diputado autonómico demostró ayer su deportividad, al ser uno de los primeros parlamentarios populares en felicitar al nuevo presidente de la Generalitat, Ximo Puig. Lo hizo a la par que la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, o la exconsellera Isabel Bonig. Antes, como marca el código de buenas formas, Puig recibió la enhorabuena de su antecesor en el cargo, el popular Alberto Fabra. El dirigente socialista, agradeciendo el apoyo necesario recibido por Compromís y Podemos, se acercó a Mónica Oltra y Antonio Montiel para posar, abrazados, ante los fotógrafos. Posteriormente, Puig se dirigió hacia los miembros del grupo parlamentario para saludarles y, por el camino, se encontró con el vicepresidente Enric Morera, que le dio la enhorabuena de manera más que afectuosa.

Tras recibir las felicitaciones de buena parte de sus compañeros en la Cámara, el recién elegido presidente se dirigió al patio de las Cortes, donde le esperaba su familia y amigos. Allí pudo recibir unos abrazos muy especiales y los más emocionados de la jornada: de su mujer, Amparo Panadero, y de sus hijos, Miquel y Pau. Así concluía una jornada de investidura a la que asistieron importantes representantes del mundo de la política, la economía y el sector social. Entre ellos, el expresidente socialista Joan Lerma, del que Puig fue en su momento secretario personal. También siguieron el acto los diputados nacionales Herick Campos, Carmen Montón y Ciprià Ciscar; dirigentes socialistas como Francesc Romeu, Miguel Soler y el ex secretario general del PSPV y predecesor de Puig, Jorge Alarte. Tampoco quiso perderse el pleno la exdiputada y coordinadora de EU, Marga Sanz.

El ámbito económico estuvo representado por el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González, y del mundo sindical, asistieron el secretario general de UGT-PV, Gonzalo Pino, y el portavoz de STEPV, Marc Candela. Por parte del tercer sector acudieron el presidente de Escola Valenciana, Vicent Moreno; Pau y Josep Agulló, de la Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia, entre otros. También se vio a alcaldes, como el regidor de Valencia, Joan Ribó, o de Elda, Rubén Alfaro. Desde Alicante viajó el portavoz municipal, Natxo Bellido, de Compromís, que ayer celebró su cuarenta cumpleaños. Entre las anécdotas de la sesión -además del «sí, no, perdón» del diputado del PP Miguel Ángel Mulet- destacó el intercambio entre Puig y la exalcaldesa Barberá, a la que éste había aludido, sin nombrarla, en momentos del debate con Fabra. Por este motivo, la parlamentaria, que presenció la sesión de brazos cruzados y con gesto serio, llegó a rogar al presidente de las Cortes que le diera la palabra, algo que Colomer tuvo que impedir como pudo.

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