El Gobierno, a instancias, entre otros, del conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, aprobó aplicar el interés cero a la deuda de las autonomías que está en sus manos. El impacto de la medida, que ya se aprecia en los informes del ministerio, resulta espectacular: la Generalitat ha pasado de abonar 237 millones en el primer trimestre de 2014 por los intereses de la deuda a únicamente 63. La extrapolación anual comportaría pasar de un coste de 950 a solo 250 millones, un ahorro de 700 millones. Esta drástica reducción de los costes financieros -del 73,4 %- ha amortiguado en parte el crecimiento del déficit que, de no existir esta medida, habría sido escandaloso. Y es que en el primer trimestre del año el desfase, 877 millones, se ha incrementado un 32% respecto al mismo periodo de 2014, cuando ascendió a 666 millones (el 0,67% del PIB, el cuarto peor registro). La devolución de parte de la paga extra y la recuperación de sexenios y carrera profesional también ha impactado en los gastos de personal, que se dispararon un 12,5%.