Máximo Caturla, a quien las grabaciones y la investigación señalan como el cabecilla de una trama de cobro de comisiones, todavía sigue siendo a día de hoy diputado provincial en Valencia. El 15 de abril, el día en que EU anunció que un juzgado perseguía el escándalo, renunció a la exclusiva y pidió su regresó a su puesto en la entidad bancaria donde trabajaba antes de que el exvicepresidente del Consell, Vicente Rambla, lo fichara para la política autonómica.

Caturla hizo carrera como consejero delegado de Ciegsa, la empresa pública para la construcción de centros educativos. Durante su mandato se produjo un asalto a la sede de la empresa y un misterioso incendio en sus dependencias que arrasó abundante documentación. Nunca se identificó a los autores, pero esta sociedad de la Generalitat acabó generando una deuda superior a los 1.200 millones. En su etapa en la empresa pública es donde se fraguó su amistad con Alfonso Rus. En la legislatura 2003-2007, Caturla construyó o reformó hasta cuatro colegios en Xàtiva. Un privilegio, ya que todos los alcaldes sólo podían aspirar a la intervención en un solo colegio.

En 2007, Rus puso a Caturla en la lista del PP en Fontanars dels Alforins pese a que su residencia habitual está en Valencia. Ese año fue elegido diputado provincial por la Vall d'Albaida y Rus alcanzó la Presidencia de la Diputación.

Desde el principio pasó a formar parte del equipo económico de la Diputación como vicepresidente. Los que le conocen aseguran que es una persona a la que le gusta dar lecciones magistrales de Economía, aunque no es de «arremangarse» en exceso. Entre sus méritos queda haber censurado la exposición «Fragments» de la Unió de Periodistes en 2010 por mostrar fotografías de casos de corrupción previamente publicadas en medios. Un éxito, porque pasó de muestra estra pasó tener diez mil visitantes a ser conocida en toda España.