Las aguas bajan revueltas en Podemos. El partido del círculo, con apenas tres meses de vida en la ciudad de Alicante, acumula ya varias y sonadas polémicas. La censura a Ángel Luna por escribir artículos de opinión en INFORMACIÓN desde su posición de adjunto primero al síndic de Greuges, los bandazos del Consejo Ciudadano a la hora de sumarse o no a Alacant en Comú -la marca blanca de EU para las elecciones-, la desautorización de la ejecutiva a Nerea Belmonte por participar en un acto de Guanyem en San Vicente, reuniones paralelas entre la dirección local y parte de las bases... La lista de controversias es amplia.
Pero sin duda, donde puede tener un problema la dirección local, y no pequeño, es en una posible pérdida de credibilidad entre sus propios militantes. ¿Por qué? La situación se remonta a la semana pasada. En concreto, a la asamblea 50 que celebró el partido en Alicante el 25 de febrero. Fue un cónclave movido. Más que de costumbre. Aún no se había celebrado la votación interna para determinar cómo concurría Podemos a las municipales (finalmente lo hará con Alacant en Comú) y casi una decena de inscritos preguntaron al Consejo Ciudadano si tenía intención de impulsar un partido instrumental propio para el 24-M. Pero nadie de la dirección local disipó esa duda. Covadonga Peremarch, miembro de la ejecutiva, se limitó a lanzar balones fuera. Y el ambiente se enrareció. «Pero sí o no», le espetaron en varias ocasiones. Siguió sin despejar la incógnita.
Los recelos que había entonces entre una parte de los afiliados crecieron a partir de ese momento. Tal y como se pudo comprobar en la asamblea, los inscritos temían que el Consejo estuviese planeando un jugada estratégica: dejar de lado a EU tras semanas de negociaciones y aprovechar la marca Podemos para presentarse en solitario a los comicios de mayo. Algunos de los asistentes a esa reunión incluso advirtieron entonces de que ya se había registrado el nombre de ese hipotética formación: Sí se puede Alicante. El registro del Ministerio del Interior, sin embargo, decía lo contrario.
Pero ahora parece que las bases estaban en lo cierto y que Podemos tenía un plan B. Miguel Ángel López Rojo, miembro de la ejecutiva y una de las personas más próximas al secretario general, Jesús Bustos, ha registrado ese nombre en la Oficina Española de Patentes y Marcas para poder explotarlo como material de oficina, chapas y ropa. Precisamente, buena parte de la financiación de Podemos proviene del merchandising. El 7,3% de todos los fondos que ingresa tienen su origen en él, de acuerdo con la información de su web oficial.
La solicitud para inscribir esa marca, tal y como se puede comprobar en la página web de la Oficina -véanse las imágenes de la derecha-, se registró el pasado 27 de enero a través de internet. Por aquel entonces era una incógnita cómo se presentaría Podemos a los comicios... pero Alacant en Comú ya se había reunido en varias ocasiones y dirigentes de base del partido del círculo habían participado de manera activa en esos encuentros. Y había negociaciones.
Este no ha sido el último contratiempo para Podemos. A falta de que hoy se difundan los datos definitivos, ningún dirigente suyo ha estado entre los más votados en las primarias de Alacant en Comú. Junto a Miguel Ángel Pavón estarán en la lista, en este orden, Julia Angulo, Víctor Domínguez, Marisol Moreno, Dani Simón y Nerea Belmonte. Los cinco primeros están ligados a EU, mientras que Belmonte forma parte de Podemos... pero del sector crítico con la ejecutiva. Ella, de hecho, se enfrentó a Bustos en la carrera por la secretaría general. Jesús Naranjo, miembro del Consejo Ciudadano, ha quedado más atrás en la lista.
